Red Seguridad 101

24 red seguridad segundo trimestre 2023 monográfico pymes La tarea que tenemos por delante no es sencilla, pero el reto es ineludible. Así que intentemos esbozar una estrate- gia donde la responsabilidad esté com- partida y todas las partes implicadas asuman el objetivo como propio. En esta estrategia, lógicamente, el pri- mer paso lo deben dar los propios autó- nomos, que tienen que ser conscientes de los riesgos que supone la digitaliza- ción para su negocio y desterrar de una vez por todas ese discurso de autocon- vencimiento que pasa por las consabidas frases del tipo: “mi negocio es tan peque- ño que no interesa a nadie”, ”la informa- ción que yo manejo no es importante” o “yo estoy muy tranquilo, hago una copia de seguridad de vez en cuando”. Frases que terminan por llevarlos a la inacción. Impulso digital Desde Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) trabajamos para que los autónomos se mantengan forma- dos, informados y concienciados en materia de ciberseguridad y así poder seguir recorriendo con garantías el ca- mino de la digitalización. No olvidemos que la concienciación, de manera natu- ral, conduce a la prevención, que es la base para comenzar a desplegar cual- quier modelo de ciberseguridad. Pero no solo los autónomos son los que tienen que mover ficha. Las admi- nistraciones públicas también juegan un papel fundamental en este proceso. La agenda de la España Digital 2025 habla claramente de la necesidad de tener una Administración digitalizada, pero a esto convendría añadir que también sea ci- bersegura e inclusiva. No basta con digitalizar los procedi- mientos administrativos del aparato pú- blico. Además, es necesario que estos procesos sean diseñados de manera cibersegura para proteger a los ciuda- danos, y que su utilización no implique tener que asumir más riesgos, simple- mente, por puro desconocimiento. La realidad es que a los autónomos españoles les está costando bastante entender este galimatías digital en el que se ha convertido la Administración Pública, donde cada ayuntamiento, comunidad autónoma, dirección gene- ral, ministerio, etcétera, establece sus propias reglas dando por hecho que la curva de aprendizaje para adaptarse al nuevo modelo electrónico es mínima o inexistente. Grandes empresas Pero en esta estrategia todavía hay más actores que deben facilitar que nuestra vida digital sea más cibersegura. Nos referimos a las grandes empresas, que en muchos casos son las que fijan las normas y marcan el modelo de nego- cio. Sirva de ejemplo la banca y su pro- ceso acelerado de digitalización. La distancia entre estas grandes or- ganizaciones y los autónomos es, en muchos casos, enorme, cuando no directamente insalvable. Estas corpora- ciones obligan de manera unilateral a los autónomos a aceptar unos riesgos donde la parte más débil siempre es la más perjudicada. Nos referimos, por ejemplo, a medios de pagos inseguros, robo masivo de datos personales ante la total indefensión de los usuarios o procesos electrónicos tediosos y poco optimizados. De este modo, para salvar esta dis- tancia es preciso que las grandes com- pañías pongan al cliente en el centro, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, el cliente es un autónomo y que piensen en modelos de relación seguros para ambas partes. Ecosistema compartido En definitiva, se trata de que entre todos creemos un ecosistema que sea lo más ciberseguro posible para evitar poner en jaque el proceso de digitalización de la economía, porque es mucho lo que nos jugamos como país. Y en esta estrategia de ciberseguridad compartida, no olvidemos que la cade- na siempre se rompe por el eslabón más débil, y en este caso no hay duda de quién ocupa ese lugar: los autónomos. Así que toca ponernos todos manos a la obra y pensar que el éxito de la digi- talización de los autónomos, y por tanto de España, pasa ineludiblemente por la ciberseguridad.

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