Facility Management and Services 011
86 VALOR AÑADIDO DEL FM PROYECTOS Facility Management E xiste cierta controversia so- bre el término y la aplicación del concepto de valor aña- dido cuando se emplea junto al FM. Hay que diferenciar entre lo que es valor añadido ‘del’ Facility Manage- ment y el valor añadido ‘en’ el Facility Management. El propósito de este artículo es aclarar las posturas, ya que en el pri- mer caso, con el valor añadido del Facility Management, nos referimos a lo que aporta la disciplina de for- ma genérica en las empresas. Mien- tras que en la segunda, nos referimos a un concepto clave para garantizar que se alimenta el proceso de mejora continua de forma correcta, y en este caso, se debe tratar con más rigor. Lo primero, es necesario referirnos al término en sí y su origen. Éste se empezó a aplicar dentro del marke- ting a finales de los 80, cuando a tra- vés de las campañas se detectó que se conseguían otros resultados aparte de los inicialmente buscados. Se acu- ñó entonces el término de valor aña- dido, para justificar mayores inversio- nes, ya que el retorno que se obte- nía era cuantificable no sólo desde el punto de vista de las ventas, sino tam- bién desde otros, como por ejemplo, la fidelización. Más tarde se ha usa- do de forma generalizada, y no siem- pre correcta, pudiendo generar cier- ta controversia. Ya dentro del FM, los primeros que escribieron sobre la materia, a fina- les de los 90, han ido evolucionan- do en sus mensajes, hasta sus últimas publicaciones que datan de 2015. En- tre las muchas, largas, y siempre entu- siastas, conversaciones que he tenido con ellos sobre el tema, la última hace no muchas semanas, hablábamos de cómo ha cambiado el propio alcance del FM, y como eso hacía que se tuvie- ran que reconsiderar algunas posturas. Comentábamos que se deben obviar u olvidar ciertos mensajes defensivos de hace años, donde se buscaba justifi- carse ante los que no sabían lo que era FM, sobre todo ahora, con la publica- ción de la serie 41000 de normas ISO. Hay que entender bien el térmi- no y luego usarlo según convenga en cada caso. Pongamos un ejemplo re- lacionado con sus orígenes: imagine- mos un agente comercial que trabaja en una empresa tecnológica y que tie- ne muchos conocidos y una gran red de contactos. No se puede decir que eso sea un valor añadido del agen- te comercial, sino que ese es su va- lor, es decir, lo que se pide a ese per- fil y una razón por la que se le contra- ta. Entonces ¿cuál podría ser un valor añadido de ese comercial? Por ejem- plo, que sepa programar, no es un re- quisito que se le solicita, pero para el departamento Técnico puede ser un aspecto a valorar positivamente aun- que el resto de departamentos no le den importancia. Este caso es sencillo de explicar, ya que se habla de un in- dividuo y se refiere a su valor añadi- do profesional. David Martínez CEO & Global Director de FMHOUSE Valor añadido
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