La biometría conductual es una tecnología innovadora de prevención de fraude. Analiza el comportamiento digital físico y cognitivo con el objetivo de distinguir entre usuarios genuinos y delincuentes para detectar el fraude y el robo de identidad. La solución también mejora la experiencia del cliente para instituciones financieras y empresas digitales al eliminar la fricción causada por las medidas tradicionales de prevención de fraude. La tecnología impulsada por IA (Inteligencia Artificial) mide y analiza los patrones de interacciones humanas con dispositivos y aplicaciones, como la manera en que una persona sostiene su teléfono, la presión aplicada mientras escribe, cómo se desplaza el usuario por la pantalla y otros comportamientos de datos únicos. El objetivo es detectar y detener el fraude financiero antes de que desaparezca el dinero.
Las soluciones biométricas del comportamiento analizan las características únicas de cara a establecer un perfil de usuario. Una vez establecido, la tecnología puede detectar anomalías y comportamientos sospechosos con un nivel de precisión extremadamente alto, alertando a las instituciones financieras en tiempo real sobre casos de robo de identidad o fraude que no son reconocidos por los métodos tradicionales.
Necesitamos una nueva forma de distinguir entre ciberdelincuentes y usuarios en línea porque las filtraciones de datos han facilitado la protección de datos personales como correos electrónicos, números de teléfono, fechas de nacimiento y otra información de identificación personal y su uso para obtener acceso o abrir una cuenta bancaria fraudulenta. Y además, el malware, las herramientas de acceso remoto y otras tecnologías utilizadas por los ciberdelincuentes han expuesto las debilidades de las contraseñas y de otras herramientas de autenticación si se utilizan por sí solas.
Biometría conductual para la banca digital
La banca digital se ha convertido en el canal más eficaz para que las instituciones financieras aumenten sus ingresos y atraigan nuevos clientes. Para poder impulsar la innovación digital y mejorar la experiencia del cliente mientras mantienen la seguridad, las instituciones financieras han estado entre las primeras en adoptar la tecnología biométrica del comportamiento, ya que ofrece resultados extraordinarios y detiene los ataques de fraude complejos. Muchos bancos utilizan la biometría del comportamiento como una solución independiente, otros implementan la tecnología en capas como parte de un plan de gestión del fraude más completo.
La adopción de la banca digital se aceleró durante el pico de la pandemia COVID-19. Las instituciones financieras vieron aumentar un 250 por ciento el uso de sus canales digitales. Al mismo tiempo, también se han incrementado los fraudes avanzados, ya que el 85 por ciento de las entidades financieras han reportado casos de fraude en el proceso de apertura de cuentas. Estas entidades se han visto obligadas a evaluar sus soluciones contra el fraude para adelantarse a los ciberdelincuentes.
Tres de los casos de uso más destacados de la biometría del comportamiento en la banca son, en este sentido, la protección de apertura de cuentas, la protección de adquisición de cuentas y la detección de estafas de ingeniería social.
Cómo confiar en un cliente al que nunca has visto
Durante la apertura de una cuenta bancaria online, la velocidad de escritura, los patrones de deslizamiento y cada clic del ratón cuentan una historia. Incluso cuando el banco no ha visto nunca al usuario, la tecnología de biometría del comportamiento puede detectar rápidamente un comportamiento fiable o fraudulento. Aprovechando el poder del aprendizaje automático, la tecnología compara el comportamiento del nuevo usuario con las normas estadísticas para el comportamiento genuino y arriesgado.
La ingeniería social es la estafa más frecuente actualmente y ocurre cuando los estafadores aprovechan la psicología humana para parecer entidades auténticas y engañar a las víctimas para que les proporcionen detalles importantes o incluso les transfieran dinero. La metodología más común suele ser a través de una llamada telefónica. El estafador obtendrá información auténtica a través de una violación de datos o un ataque de phishing y luego llamará a la víctima pretendiendo ser alguien de su banco, del gobierno o de una entidad privada. Y utilizando la manipulación convencerá a la víctima de que hay una razón urgente para actuar rápidamente y enviar datos o dinero al estafador.
El fraude de pago automático autorizado es un ejemplo de una estafa de ingeniería social que es difícil de detectar sin biometría de comportamiento porque la transacción o el pago lo realiza, a menudo, un usuario legítimo que inicia sesión desde su propio dispositivo, desde una ubicación reconocida y con acceso a un código de acceso de un solo uso. Al analizar las diferencias en el comportamiento digital, la biometría del comportamiento permite identificar si un usuario está actuando bajo la coacción de un ciberdelincuente.
El papel de los servicios digitales nunca ha sido más importante como hasta ahora. Por lo tanto, generar confianza en nuestros clientes es básico. A medida que las entidades financieras ofrecen más servicios digitales a sus consumidores, se ven expuestas a nuevas amenazas y a sofisticados esquemas delictivos. Afortunadamente, en nuestro mundo digital, el comportamiento lo dice todo y la biometría conductual ya está aquí para destaparlos.