Acaba de asumir la dirección general de Incibe tras 15 años de trayectoria dentro del organismo. ¿Cómo afronta esta responsabilidad y qué objetivos espera conseguir?
Es una etapa muy ilusionante porque, después de tantos años y un periodo de tiempo en el extranjero, significa asumir un proyecto que conozco bien y que me parece uno de los desafíos más atractivos en el panorama nacional e internacional. Porque la ciberseguridad ha venido a convertirse en un elemento indispensable para entender la dependencia que tenemos de las actividades digitales en el mundo actual. Con lo cual es una responsabilidad muy importante que asumo con mucha ilusión, porque realmente estamos jugándonos un futuro digital en el que todo va a pasar por la ciberseguridad.
¿Cuáles son los principales ejes y proyectos del actual Plan Estratégico de Incibe que usted dirige?
Como organismo que ejecuta políticas públicas, trabajamos básicamente en torno a la Agenda Digital para España 2025, a la Estrategia Nacional de Ciberseguridad y, en un ámbito de mayor escala, al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Entre estos tres documentos disponemos de diferentes planes y políticas de ciberseguridad que nos van a permitir movilizar en los próximos tres años más de 600 millones de euros de inversión en diferentes programas. Algunos de estos programas ya tienen una trayectoria, pero otros son muy novedosos y persiguen acelerar esa capacidad tecnológica transversal que tiene que ‘capilarizar’ desde los colectivos empresariales hacia los profesionales autónomos y los ciudadanos. Se trata de cubrir un amplio espectro que llegue a todos los confines de la sociedad y la economía española.
De todos esos proyectos que menciona, ¿cuáles son los más destacados?
El mayor volumen de inversión que hemos acometido tiene que ver con la generación de un mercado de la ciberseguridad potente, que nos permita caminar hacia dos elementos. Por un lado, hacia la soberanía tecnológica, pues es muy importante que dispongamos de una oferta de servicios digitales y de conectividad en España que tenga la ciberseguridad como un elemento definitorio y embebido. Y por otro lado, la renovación a nivel de innovación de la actual cartera de productos, servicios y soluciones que se desarrollan en España.
Hay un Programa de Innovación, con una dotación de 224 millones de euros, que está destinado a facilitar la compra innovadora y a estimular la capacidad que tienen nuestras pequeñas y medianas empresas (pero también las grandes) en modo consorciado para desplegar esas nuevas soluciones, productos y tecnologías que se necesitan en un mundo donde las ciberamenazas y los riesgos están cambiando constantemente. Además, tenemos que impulsar que parte de esa inversión movilice a la red académica y de investigación en España.
“El mayor volumen de inversión que hemos acometido tiene que ver con la generación de un mercado de la ciberseguridad potente”
Por otro lado, hay un programa, con 192 millones de euros asignados, que tiene que ver fundamentalmente con nuestra estrategia de apoyo al emprendimiento. Lo que queremos es que haya un círculo virtuoso que nos permita incentivar la inversión privada, con el apoyo de la inversión pública, a través del desarrollo de proyectos innovadores. Esperamos tener lanzadas todas las convocatorias a finales de este año para conseguir un objetivo mínimo de 250 proyectos de I+D+i en torno a ciberseguridad en toda España. El objetivo es que todos esos proyectos vayan dando lugar a nuevas soluciones y que parte de ellos se transformen en nuevos negocios.
Sabemos que va a haber una demanda creciente de empresas que respondan a esas necesidades de seguridad, especialmente en el ámbito de la proximidad. Para nosotros es un reto que el Esquema Nacional de Seguridad nos asigne las competencias como centro de referencia para los proveedores de la Administración. En ese sentido, sabemos la importancia que va a tener todo lo que hagamos para incorporar nuevas empresas (sobre todo pequeñas y medianas) y profesionales que ya son proveedores de dispositivos y servicios de software para las administraciones públicas, particularmente las locales. Tenemos que conseguir una nueva generación de este tipo de proveedores que estén certificados, que sean capaces de dotar de ciberseguridad a una Administración cada vez más necesitada de esa clase de soporte.
¿Cómo trabaja Incibe con las pymes para que adquieran capacidades de ciberseguridad?
Los programas de inversión directa que llevamos a cabo se complementan con otros transversales en los que participa Incibe dentro de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. El más importante es el Toolkit Digital, con una dotación de 3.100 millones euros destinados a invertir fundamentalmente en pymes, micropymes y profesionales autónomos. Una parte muy importante en esta primera convocatoria, que hemos realizado en 2022, es que el nueve por ciento de todas las solicitudes van a dotar a las pymes de soluciones de ciberseguridad.
Esta transferencia de inversión pública incentiva la inversión privada y, sobre todo, garantiza la recuperación de un sector que ha estado especialmente afectado desde el impacto del Covid-19. En el año 2020, el informe Estado de Resiliencia en materia de Ciberseguridad desarrollado por Accenture ya alertaba de que, aunque durante el primer año de crisis aumentó la inversión neta en ciberseguridad de las empresas en su conjunto, después cayó en el 70 por ciento de los casos. Es fácil adivinar que ese 70 por ciento de empresas que redujeron su inversión se corresponde precisamente con las más pequeñas.
Para evitar esto, la política de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, en la que participa Incibe, consiste en estimular la inversión pública para dinamizar el sector de la demanda, lo que a su vez también va a reforzar la oferta, de manera que introduzcamos en el mercado un estímulo suficiente para recuperar los sectores más vulnerables por la crisis.
Paralelamente a esto, hemos tenido que reaccionar a la crisis desplegando nuevos servicios públicos para los colectivos de usuarios finales. Todo el mundo ha podido observar cómo la dependencia de las familias de la tele-educación, del comercio electrónico, del teletrabajo, etcétera, ha llevado a estar expuestos más horas que nunca al consumo de servicios digitales y de conectividad. Y evidentemente, los ciberatacantes han estado aprovechándose de aquellos usuarios que tenían un menor nivel de preparación y más características de vulnerabilidad.
Para ello, en 2020 pusimos en marcha el servicio de 017, un canal telefónico que trabaja todos los días del año, que opera de 08:00 a 23:00 horas y que tiene también canales en redes sociales, Telegram y WhatsApp. Este teléfono permite que cualquier persona que tenga o sospeche que tiene un problema pueda recibir atención online por parte de nuestros operadores. El año 2021 cerró con más de 60.000 atenciones al usuario y hemos dimensionado el servicio para continuar ampliándolo y absorber en 2022 hasta 100.000 consultas.
Todos somos interdependientes y era muy importante desplegar nuevos servicios en esa carta pública, además de reforzar toda la capa de servicios dedicados que hacemos para las empresas de los sectores estratégicos. Las recientes disposiciones reglamentarias y legislativas han reafirmado la competencia de Incibe para que atendamos los sectores estratégicos de la industria en un modelo que hoy funciona 24 horas al día, los 365 días del año. Por lo tanto, mucha de la inversión ha ido destinada a generar una nueva capa de servicios públicos complementarios allí donde no llega tan fácilmente el mercado para resolver las necesidades de los usuarios finales.
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