¿Qué vio usted en la ciberseguridad para dedicarse a esta profesión y qué le aporta más allá de lo puramente profesional?
Como muchas de las cosas buenas de esta vida, me introduje en el mundo cíber por casualidad, al inicio de mi carrera profesional. Si bien es cierto que el dinamismo y las oportunidades en este mercado, ligadas a la necesidad creciente de ciberseguridad en la digitalización de las empresas, han hecho que mi interés por lo cíber no deje de aumentar.
Recordemos que el mercado de la ciberseguridad crece a un ritmo continuo cercano al doble dígito y que los ciberataques ya mueven, desafortunadamente, más dinero que la droga. Pero todo ello, sin embargo, simplemente ratifica la oportunidad y tamaño de dicho mercado.
A veces pienso que la ciberseguridad es como esa droga buena que te mantiene con una inquietud constante por entender cómo es posible que en el mundo digital ocurran cosas que consideraríamos inimaginables hace no tanto tiempo y que te hace crecer continuamente, analizar detalles y asumir muchos retos en tu forma de pensar. Es, sin duda, un viaje de crecimiento apasionante que te empuja continuamente fuera de tu zona de confort.
¿Cómo puede potenciarse la presencia de talento femenino en la ciberseguridad, siendo este además un sector con tanta necesidad de profesionales?
Dando visibilidad y proyectándolo como un mundo atractivo y de oportunidades, que en definitiva es lo que es. Más allá de la imagen lúgubre del ciberdelincuente en un sótano y de la «oscuridad» que desprende ese estereotipo, debemos reforzar el impacto en la construcción y crecimiento de negocios digitales que no podrían ocurrir sin una buena base de seguridad, así como la contribución positiva en nuestra experiencia digital como consumidores.
Pensemos que sin ciberseguridad no podríamos hacer algo, ya básico para muchas generaciones, como la compra online, el uso racional de las redes sociales o un simple Bizum. Necesitamos hacer ruido en la buena dirección.
¿Cuáles diría que son los grandes retos actuales en relación con la ciberseguridad de las organizaciones?
Simplificándolo mucho, destacaría dos puntos que considero muy importantes. Por un lado, a pesar de una evolución muy positiva en los últimos años en la relevancia del CISO en las organizaciones, aún se necesita, desde mi perspectiva, incrementar su impacto a nivel de board.
Por otro, el mercado de soluciones de ciberseguridad está muy fragmentado y las organizaciones suelen contar con múltiples herramientas de seguridad que funcionan (más de lo que nos gustaría) en silos y que crean muchos retos para las operaciones de los equipos cíber. Es necesario apostar por la compartición de inteligencia entre ellas, por la simplicidad y por la automatización para poder ayudar en la visibilidad y toma de decisiones.
