¿Qué vio usted en la ciberseguridad para dedicarse a esta profesión y qué le aporta más allá de lo puramente profesional?
De pequeña me gustaban los ordenadores, y mi padre me dijo: «Muy bien, te compro uno, pero tienes que hacer un curso de programación en GW-Basic». Ese fue el principio de todo. Acabé haciendo «teleco» y un máster en seguridad de la información cuando ni siquiera existía la palabra ciberseguridad porque me apasionaba todo lo relacionado con la securización de las redes de comunicaciones.
A posteriori, el mundo de la ciberseguridad me ha permitido crecer profesionalmente, desde un perfil muy técnico a uno más de desarrollo de negocio y comercial. Nunca me ha aburrido, constantemente estoy aprendiendo cosas nuevas y he podido conocer a gente realmente interesante a través de los foros existentes.
«Aunque la ciberseguridad ha avanzado mucho, la presencia de mujeres sigue siendo un reto»
¿Cómo puede potenciarse la presencia de talento femenino en la ciberseguridad, siendo este además un sector con tanta necesidad de profesionales?
Aunque la industria de la ciberseguridad ha avanzado mucho en ello, es innegable que la presencia de mujeres sigue siendo un reto.
Una manera de animar a las niñas a trabajar en ciberseguridad es proporcionar información real sobre este mundo. No es un requisito ser «hacker«. Se pueden desempeñar muchos y muy diferentes roles, desde muy técnicos a comerciales o de marketing. Para ello, hay que enseñarles el camino, resolver las dudas que pudieran tener sobre cómo acceder a este sector, qué perfiles se demandan y qué formación y habilidades técnicas son necesarias.
Ciberseguridad: Entrevista a Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.
¿Cuáles diría que son los grandes retos actuales en relación con la ciberseguridad de las organizaciones?
Teletrabajo y entornos de trabajo híbridos plantean nuevos retos en los que los límites de las redes corporativas se han ampliado con un nuevo «perímetro personal» debido a que los empleados ya no trabajan siempre desde el mismo sitio o desde los mismos dispositivos.
Actualmente, el factor humano es mucho más importante en la seguridad que nunca, con riesgos asociados en gran medida al comportamiento de las personas. Cada vez es más común que los ciberdelincuentes ataquen directamente a los usuarios por canales como el correo electrónico. Y al mismo tiempo, las amenazas internas no dejan de aumentar año tras año, ya sea por empleados o proveedores malintencionados o por simples negligencias.
Desde mi actual rol en Proofpoint recomendamos a los clientes reforzar su primera línea de defensas, sus propios usuarios, con soluciones que eduquen, entrenen y conciencien en materias de ciberseguridad. Asimismo, no nos olvidamos de proteger el primer vector de ataque, el correo electrónico. Ni de controlar el acceso a la nube o a aplicaciones de terceros, protegiendo la información allá donde esté.