Usted se acaba de incorporar a una empresa en pleno proceso de crecimiento y consolidación como es BeDisruptive. ¿Cuáles son las razones por las que se ha decantado por el sector de la ciberseguridad para continuar su carrera profesional en el sector privado?
Yo tenía un reto enorme hace dos meses. Dejé la política e iba a volver al sector privado. Había mucha gente que me decía: ¿no te da vértigo salir de la política? No. A los que venimos del sector privado, lo que nos suele y debe dar vértigo es meternos en política. Por tanto, volver al sector privado no me daba vértigo. Pero es verdad que la política, si la vives como lo hacía yo, si tienes ciertas convicciones, realmente te deja un vacío porque es muy interesante, envolvente y estimulante.
Mi gran reto era encontrar un proyecto que me resultase estimulante y que fuese capaz de cubrir ese hueco. Por consiguiente, sabía que esa decisión en sí misma iba a ser disruptiva. Es verdad que yo había tenido puestos directivos, pero me apetecía apostar por un sector que creo que es estratégico de país y crítico. Además, tomando esta decisión, como política ponía sobre la mesa el hecho de que quizás no somos conscientes de hasta qué punto es precisamente crítico y estratégico. Y con mi decisión lo estoy demostrando. Es un sector por el que apuesto, de futuro y del que no se conoce lo suficientemente que España está en unos puestos muy relevantes, muy por encima de otros países de Europa. Por eso he tomado esta decisión.
¿Por qué ha elegido esta compañía?
Porque creo que es lo que más se parece a mí. Ellos se llaman disruptivos, y yo me reconozco en ese término. Me gusta cómo están concebidos dentro del mercado en ese sentido. No apuestan por la industrialización o por un servicio convencional, sino por un servicio de valor en el que la atención al cliente es concebida de manera mucho más integral, más a medida, más boutique, que es como la empresa se denomina.
Además, BeDisruptive tiene el tamaño perfecto para navegar en estas aguas que requieren agilidad, mucha capacidad de transformación, mucha capacidad de cambio y tener la capacidad de amoldarse a lo que necesita cada uno de los clientes.
La verdad es que me siento muy identificada; y cuanto más conozco la empresa, más me gusta el proyecto.
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¿Cuáles son los retos que tiene por delante y los objetivos que se ha marcado tanto a corto como a medio y largo plazo en su nueva posición?
Cuando entré tenía dos tipos de objetivos: uno empresarial y otro personal; porque esto es una decisión personal. Lógicamente, uno de los retos es empaparme muchísimo más. Por supuesto que me he estado formando desde que decidí incorporarme a BeDisruptive, pero eso me ha hecho pensar que es mucho lo que me toca aprender. Esta parte también la buscaba, empaparme de algo nuevo y ser capaz de encontrar otra especialización.
«Desde la sociedad civil no debería considerarse la ciberseguridad como un sector controvertido»
Otro desafío es que BeDisruptive sea reconocido como lo que es y afianzar más su posición en el mercado, aunque yo creo que ya está muy reconocida. Por ejemplo, estrechar lazos con las administraciones. Yo he estado al otro lado y sé lo que necesita el sector público en multitud de ocasiones, desde propuestas hasta normativas o iniciativas. Creo que han hecho bastante bien los deberes hasta ahora, pero teniendo a alguien que también ha estado al otro lado, se puede facilitar más esta labor.
En cualquier caso, considero que la ciberseguridad es un sector que se debería prestar más a nivel social a grandes consensos. Y por eso desde la sociedad civil, entendiendo también como tal tanto empresas como todo lo que rodea al mundo cíber, no debería considerarse como un sector controvertido. Sería bueno que hubiese normas a largo plazo, y que quizás haya menos legislación, pero las que se hagan sean mucho más duraderas. Y para que eso ocurra, la palabra mágica es ‘consenso’. Si existe un gran consenso alrededor de un espacio tan crítico y estratégico para España como es la ciberseguridad garantizaremos que las normas duren más tiempo.
¿Cuáles serán las principales líneas estratégicas o los principales pilares sobre los que se sustentarán las relaciones institucionales de BeDisruptive para conseguir estos objetivos?
Todavía no puedo avanzar mucho este tema porque hay que presentarlo al equipo. Pero siempre es muy importante empaparte muy bien de las personas y escucharlas. Yo, normalmente, cuando llega un jefe nuevo y enseguida está tomando medidas, suelo ser bastante escéptica. Lo único que quieren demostrar es que toman medidas, pero desde luego no que lo están haciendo conociendo a la empresa. De ahí que sea bastante respetuosa al respecto. Prefiero primero conocer a las personas y a la compañía y luego ya pronunciarme. Me parece más respetuoso con la gente que lleva mucho tiempo trabajando en esto.
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Desde su posición como vicealcaldesa de Madrid ha sido fiel impulsora del sector con la creación, por ejemplo, del Clúster de Ciberseguridad. Y también de tecnologías como el 5G. ¿En qué aspectos cree que debe evolucionar la ciberseguridad en general?
En tomar conciencia de lo importante que es la innovación a nivel ciudad y a nivel país. Al empaparme sobre el tema, las primeras sensaciones que he sentido son de orgullo de país. Y quizás la noticia de la entrada de un político y de alguien conocido al sector sirva para que la gente bucee un poco en la ciberseguridad y se sienta orgulloso de ser español, porque somos potentes en ciberseguridad.
Quizás lo que haga falta en este caso sea más conciencia al respecto, y este tipo de noticias pueden ayudar a percatarnos de lo pujante que es el sector. Pero, sobre todo, de hasta qué punto nuestra libertad como ciudadanos y nuestros derechos fundamentales dependen de que seamos un país ciberseguro y de que la seguridad sea entendida más en la calle en su sentido más integral y estricto. Y esto pasa por reconocer nuestra vulnerabilidad. La pandemia nos ha enseñado lo vulnerables que somos cuando no tenemos industria propia o cuando el sistema sanitario no tiene la suficiente dimensión. No queremos que pase otra cosa de similares características para que seamos conscientes de hasta qué punto somos vulnerables. Así que lo que le falta al sector es reconocimiento por parte del resto de la sociedad.