Durante el pasado mes de mayo, la Fundación Borredá, en colaboración con sus socios protectores, celebró una serie de tertulias digitales con el objetivo de analizar el impacto del COVID-19 en las organizaciones. Todos los encuentros contaron con la participación de Ana Borredá, presidenta de la entidad sin ánimo de lucro y directora de las publicaciones Seguritecnia y Red Seguridad. Y fueron moderados por César Álvarez, coordinador de Proyectos de la Fundación Borredá.
Gestión de crisis
Celebrada el 14 de mayo, la primera de las tertulias digitales estuvo dedicada a la gestión de la crisis del coronavirus en las empresas. En el caso de Miguel Sánchez, director de Seguridad Global de Telefónica, explicó que la compañía puso en marcha un comité de crisis cuando la pandemia dio sus primeros avisos. Concretamente, tras la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona a mediados de febrero. Entre las decisiones tomadas en Telefónica, este experto consideró clave que el 95 por ciento de los trabajadores haya practicado teletrabajo.
Otra empresa que también se anticipó a las consecuencias del COVID-19 fue GMV. Según Luis Fernando Álvarez-Gascón, director general de la división Secure eSolutions de la compañía especializada en soluciones tecnológicas, el sistema de gestión de negocio de la organización se puso en marcha a finales de febrero. A partir de ahí, se adoptaron medidas como el teletrabajo o el acopio de material sanitario. El tertuliano reveló que una de las cuestiones más complicadas para GMV fue garantizar la continuidad de los proyectos en el extranjero.
Por su parte, Guillermo Llorente, subdirector de Seguridad y Medio Ambiente de Mapfre, reconoció que en su empresa no previeron el impacto que tendría el coronavirus. Y aunque la compañía opera en China –país origen de la pandemia–, donde puso en marcha su plan de continuidad, no fue hasta la llegada del COVID-19 a Italia cuando comenzó a ver la situación con preocupación. Llorente aprovechó la ocasión para destacar que, gracias a proveedores como Telefónica o GMV, Mapfre pudo seguir desarrollando su actividad.
La primera tertulia digital de la Fundación Borredá concluyó con la participación de David Amorós, gerente nacional de la División de Sistemas de Pycseca Seguridad. Al igual que el resto de ponentes, este profesional admitió que el teletrabajo ha sido esencial para continuar operando. Y calificó de fundamental la labor del servicio de prevención de riesgos laborales. Sin embargo, no fue sencillo proporcionar equipos de protección individual (EPI) a todos los empleados que trabajan en la calle, como los técnicos de sistemas o los vigilantes de seguridad.
Lecciones aprendidas
Una semana después, la segunda tertulia digital de la Fundación Borredá se ocupó de las lecciones aprendidas en seguridad para la vuelta a la normalidad. En el caso de Félix de Andrés, Cyber Risk Manager de Deloitte, se mostró satisfecho del trabajo realizado por la compañía en materia de seguridad antes del inicio de la pandemia. Una labor que contribuyó a que el impacto no fuese mayor. Y a pesar de que muchas organizaciones han sido resilientes durante esta crisis, consideró vital que continúen preparándose para lo que pueda suceder en el futuro.
En cuanto a José Bolaños, responsable de Prevención de Riesgos Laborales de Siemens, manifestó que en su compañía, con presencia en China, comenzaron a gestionar la crisis del COVID-19 a finales de enero. Y en lo relativo a las lecciones aprendidas, declaró que quedan muchas por aprender, ya que hay que ir adaptándose a los retos que plantea la situación actual. Entre ellos, un cambio de mentalidad en las empresas que facilite dotar a los empleados de los medios adecuados para que puedan trabajar de manera confortable.
Por último, Agustín Muñoz-Grandes, CEO de S21sec, afirmó que, desde el punto de vista de la ciberseguridad, una de las principales lecciones aprendidas es que el COVID-19 ha acelerado de forma exponencial la transformación digital de las organizaciones. Además, el tertuliano observó que el escenario de pandemia ha propiciado que los ciberriesgos se incrementen y que surjan otros nuevos. De hecho, advirtió Muñoz-Grandes, el aumento del teletrabajo ha puesto de relieve que las personas son el eslabón más débil en las empresas a la hora de hablar de ciberseguridad.
Seguridad postcoronavirus
Por lo que respecta a la tercera tertulia digital de la Fundación Borredá, destacados expertos aportaron su visión sobre cómo deberá ser la seguridad tras la crisis del COVID-19. Xabier Mitxelena, Managing Director Iberia Cybersecurity de Accenture, dibujó un escenario global en el que la tecnología será de gran ayuda. Y en el que la formación, el entrenamiento, la simulación, la concienciación, el teletrabajo seguro y la colaboración jugarán un papel relevante. El objetivo, según el tertuliano, es crear un ecosistema de confianza en el que la resiliencia será esencial.
Sobre cómo será la seguridad postcoronavirus, Alberto Alonso, Business Development Manager de Axis, declaró que, a partir de ahora, la protección tendrá que verse como un todo. Al igual que Mitxelena, el experto juzgó necesario colaborar, asociarse y trabajar con terceros. Y apostar por soluciones tecnológicas como la inteligencia artificial. Llegados a este punto, invitó a los asistentes a reflexionar sobre un eterno debate: seguridad vs. privacidad. ¿Puede desarrollarse tecnología que garantice la privacidad o tendremos que renunciar a parte de esta última para reforzar nuestra seguridad?
En sintonía con Alonso, Fernando Torres Conde, Head of Business Development de everis, también se refirió a un futuro en el que algunas tecnologías van a surgir con fuerza. Como, por ejemplo, la biometría facial, que puede ser de gran ayuda para la seguridad en un concepto de actividad contactless y sin papeles. Igualmente, apostó por un mayor protagonismo de los drones en materia de videovigilancia, al tiempo que animó a impulsar una colaboración estrecha entre los fabricantes de las aeronaves no tripuladas y de cámaras.
La tertulia digital concluyó con la participación de José Luis Bolaños. A corto plazo, el director de Seguridad y miembro del Comité Técnico de la Fundación Borredá estimó oportuno poner en valor tanto la convergencia como la contribución de los departamentos de Seguridad a la eficiencia económica de las organizaciones. Y con una perspectiva de “luces largas”, aludió a una resiliencia social que requerirá una transformación cultural. Según el experto, las organizaciones que evolucionen hacia nuevos modelos de seguridad obtendrán una ventaja competitiva.
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