Llevamos años escuchando la palabra hacker, pero su significado parece que se nos escapa. La propia RAE parece no tener claro si se trata de una actividad decente o reprobable. En primer lugar, el diccionario de la Academia lo define como ‘pirata informático’. Pero ojo a la segunda acepción: «persona con grandes habilidades en el manejo de computadoras que investiga un sistema informático para avisar de los fallos y desarrollar técnicas de mejora«. Huelga decir que son dos sentidos contrapuestos. Entonces, ¿qué significa la palabra hacker y de dónde viene? Atención, que por fin te vas a enterar.
La palabra hacker nació en una cuadra de caballos
La palabra en sí procede al parecer de un prado británico llamado Hackney, hoy integrado en la ciudad de Londres como uno de los barrios más cotizados de la ciudad. En este lugar se criaba una raza de caballos que dio nombre a un tipo de coche de alquiler. Cuando la zona se urbanizó, los caballos que tiraban de aquellos carros (antecedentes de los taxis) conservaron el nombre de hack. Por extensión, en el siglo XVIII un escritor que trabajaba por encargo, es decir, que alquilaba sus servicios, se llamaba hack. Estos mercenarios de la prosa a menudo firmaban con seudónimo o con el nombre de quien les había contratado. La palabra se hizo muy popular y llegó al siglo XX con el sentido de juntaletras o plumilla clandestino. Derivado de este oficio creativo algo transgresor, un tecnócrata de la MIT en 1959 incluyó en un glosario los términos hack y hacker para definir «el uso no convencional o no ortodoxo de la tecnología.»
Cómo distinguir a un hacker bueno de un hacker malo
Lo indudable en ambos casos es el talento en el manejo de sistemas informáticos. En el uso que dan a esa capacidad está la diferencia. La manera más simple de explicarlo es la más fácil de entender, porque según a qué lado de la ley trabaje, el experto en acceder a los archivos digitales de un organismo será un ‘hacker bueno‘ o un ‘hacker malo‘.
La digitalización y la ciberseguridad empresarial son ya sectores económicos que mueven cientos de millones de euros en el mundo. De ahí el protagonismo del hacker, tanto en su versión positiva (hacker ético) como negativa (ciberdelincuente). El trabajo de un ciberexperto o hacker ético es garantizar la resiliencia de la estructura digital de un organismo, una empresa o un individuo particular. Debe contar con permiso previo del dueño del sistema al que accede y su objetivo es el contrario al del ciberdelincuente. El sueldo de estos ciberexpertos está entre los 35.000€ y los 120.000€, dependiendo de su preparación y experiencia.
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Pero ¿qué significa exactamente la palabra hacker? ¿O era jáquer?
En 2017 el Diccionario de la Real Academia actualizó por fin la definición de la palabra (cuya grafía ya estaba españolizada a un jáquer apenas usado). En todo caso, el hacker seguía siendo un «pirata informático» en la primera acepción del DRAE, pero en la segunda pasaba a ser una «persona con grandes habilidades en el manejo de computadoras y que investiga un sistema informático para avisar de los fallos y desarrollar técnicas de mejora.»
Los hackers de sombrero gris juegan al filo de la navaja. Al igual que los hackers de sombrero negro, entran en los sistemas informáticos de las organizaciones sin permiso para, una vez dentro y captados los fallos de seguridad, ofrecer a las empresas trabajar con ellas para solventarlos. La ‘gracia’ de este tipo de actores es que pueden poner en jaque a las compañías que decidan no utilizar sus servicios, dado que la información de estas, está en sus manos.
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