Hoy, 12 de marzo, hace justamente 20 años se aprobó el Real Decreto 421/2004 por el que se reguló el ámbito de actuación y las funciones del Centro Criptológico Nacional (CCN) del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Un organismo que se convirtió así en el primero en España en contar con responsabilidades y competencias en materia de ciberseguridad. Nuestro país abría, de esta manera, un nuevo marco estratégico de ciberdefensa para proteger los activos e infraestructuras digitales y el patrimonio tecnológico a nivel nacional.
El CCN tenía ante sí un enorme reto: actuar ante los riesgos que empezaban a amenazar la seguridad de las TIC. No en vano, éste era el único organismo en España que contaba con las capacidades necesarias para garantizar la seguridad de productos y sistemas. Todo ello, de la mano de un conocimiento exhaustivo de las ciberamenazas y vulnerabilidades procedentes del ciberespacio. Pero estas capacidades no eran nuevas por aquel entonces: el Centro las fue desarrollando desde los años ochenta.
Centro Criptológico Nacional: dos décadas de puro progreso
Durante estos 20 años, la sociedad ha cambiado de una forma notable. En el momento de la publicación del mencionado Real Decreto 421/2004 nadie podía acceder al email corporativo de forma remota. Y mucho menos teletrabajar como se hace actualmente. Tampoco chatear a través de mensajería instantánea, utilizar móviles conectados a Internet, acceder a la banca online o acceder al sistema sanitario a través de una aplicación. Muchas cosas han cambiado, por tanto, desde entonces.
Un escenario de pura transformación digital que también ha traído consigo nuevos y numerosos riesgos y ciberamenazas. De ahí que desde el CCN hayan trabajado de forma intensa por la ciberseguridad de España.
Desde este organismo se ha compartido información y conocimiento en materia de prevención, detección y respuesta a amenazas. Además, se ha colaborado −y así continúa a día de hoy− con otros entes públicos y con el sector privado tanto para mejorar las capacidades de ciberseguridad de miles de organismos y como para contribuir a la redacción de la legislación nacional de ciberseguridad.
Eso sí, desde el propio CCN afirman que este trabajo y los hitos conseguidos no han venido solos. Se han conseguido «gracias a los profesionales del sector y a la dedicación» de su equipo, que ha trabajado «de forma incansable para situar al CCN-CNI como referente nacional e internacional en ciberseguridad», aseguran.
Por tanto, España debe estar tranquila: el Centro Criptológico Nacional continuará su trabajo para defender la ciberseguridad nacional y para mantener a nuestro país en una posición ciberestratégica.
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