Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad registraron, durante el pasado año, 287.963 presuntos delitos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación. Estos datos, según expone el VIII Informe sobre Cibercriminalidad, elaborado por la Secretaría de Estado de Seguridad, suponen un crecimiento del 31,9 por ciento de los ciberdelitos respecto a 2019.
Del total de las infracciones relacionadas con el ámbito tecnológico cometidas durante el pasado año, 257.907 (el 89,6%) fueron fraudes informáticos. A continuación se situaron las amenazas y coacciones, con 14.066, un 4,9 por ciento del total.
En cuanto al perfil de los presuntos cibercriminales, normalmente se trata de un hombre (73,3%) de 26 y 40 años y español. Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana fueron las zonas en las que más infracciones penales se cometieron.
Ciberdelitos e infraestructuras críticas
Los servicios esenciales tampoco se libraron de las garras de los ciberdelincuentes. Ejemplo de ello han sido los recientes ciberataques al SEPE y al Canal de Isabel II en nuestro país. Pero volvamos a los datos de 2020. Según pone de manifiesto el citado informe, durante el año pasado se reportaron 861 ciberincidentes en infraestructuras críticas. O lo que es lo mismo: un 5,2 por ciento más que en 2019.
Si hablamos de sectores, el tributario y financiero (52,5%), el transporte (24,08%) y la energía (14,05%) fueron los que más sufrieron este tipo de actividad maliciosa.
En términos globales
Respecto al total de las infracciones conocidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los ciberdelitos representaron en 2020 el 16,3 por ciento. Apenas cuatro años antes, en 2016, esta cifra era de 4,6 puntos porcentuales. Un crecimiento que pone de manifiesto la cada vez más prolífica actividad de los ciberdelincuentes.
Precisamente, ante este incremento de los ciberdelitos, el Ministerio del Interior ha impulsado este año la creación del Plan Estratégico contra la Cibercriminalidad. Su objetivo no es otro que el de potenciar las capacidades para combatir esta modalidad delictiva. Y esto se llevará a cabo a través de una potenciación de la detección, prevención, protección, respuesta y persecución de la cibercriminalidad, así como de la atención a las víctimas.
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