El año 2022 transformó la regulación en ciberseguridad y las empresas se están adaptando a una normativa cada vez más exigente. Con la aprobación de la Directiva NIS 2 o el Reglamento DORA y su inminente transposición, el enclave regulatorio es uno de los principales retos a los que seguirán enfrentándose las empresas en los próximos años. Además, se vislumbra en el marco normativo nuevas propuestas como el Reglamento de Inteligencia Artificial o el Reglamento eIDAS 2. Así se sustrae del último Estudio sobre Ciberseguridad y Gestión del Riesgo Ciber en España elaborado por Aon.
No obstante, desde Aon han destacado en su documento otros campos de interés para el sector como el mercado asegurador, que ha aumentando el volumen de primas hasta un 50 por ciento superando los 100 millones de euros. De este modo, han crecido las primas en todos los sectores y la mayoría de los clientes encuestados registraron durante 2022 un incremento superior al cien por cien en algunos casos. Además, el estudio ha señalado el incremento de concienciación y generación de contrataciones en infraestructuras críticas debido a la demanda de consultoría IT.
En cuanto al volumen de facturación, los datos han reflejado un considerable incremento de contratación de pólizas en el número de empresas cuya facturación superó los 250 millones de euros, en comparación con cifras del período anterior. Y desde el prisma de la siniestralidad, el 50 por ciento ha afectado a grandes cuentas y clientes multinacionales y el dos por ciento ha sido a pymes. Por línea de mercado, los sectores de Instituciones Financieras e Industrial fueron los más afectados.
Cambio de tendencia favorable
Desde Aon han observado un cambio de tendencia hacia un mercado más estable y favorable durante este 2023. Gracias a factores como a concienciación del riesgo y las fuertes inversiones en medidas de seguridad, la mejora de rentabilidades y la entrada de nuevo capital.
No en vano, las aseguradoras han seguido de cerca los acontecimientos mundiales que pueden afectar a los siniestros cibernéticos, que sigue provocando limitaciones en las garantías. Por ejemplo, el entorno geopolítico, el riesgo sistémico y la gestión de los datos biométricos, junto con los eventos de ransomware, son aspectos que siguen preocupando a los mercados e influyen en ellos, según ha indicado el estudio.
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