Entre las previsiones de ciberseguridad para 2030, existe una tendencia en aumento sobre la recopilación y análisis de datos para estudiar el comportamiento de los usuarios en el sector privado. La utilización de datos para procesos automatizados de toma de decisiones es una tendencia que se centra en disminuir costes y mejorar la experiencia del cliente. En este sentido, los expertos han planteado la necesidad de realizar análisis precisos del contexto, reconocer limitaciones potenciales, abordar los sesgos en los perfiles de comportamiento y considerar la adaptabilidad de los individuos para abordar este desafío.
Así se sustrae del estudio ENISA Foresight Cybersecurity Threats for 2030 sobre las previsiones en ciberseguridad para el año 2030, elaborado por la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA). En el análisis, los investigadores han manifestado su inquietud acerca de cómo estas previsiones pueden afectar a la ciberseguridad, aconsejando para su prevención la implantación de normativas específicas de la Unión Europea.
Tendencias para 2030
A parte del análisis de datos, ENISA ha destacado la creciente influencia de los actores no estatales en el poder político y su reflejo en una mayor interconexión global, lo que podría superar la capacidad de regulación de los Estados-nación. Además, se ha observado un aumento de la dependencia de los servicios de TI subcontratados junto con un crecimiento en el consumo energético de las infraestructuras digitales.
Además, de acuerdo al informe, se estima que el incremento de satélites utilizados para la exploración requerirá una normativa especial para gestionar el tráfico en el espacio. Asimismo, se observa una creciente interacción entre los vehículos y el entorno externo, lo que los hace menos dependientes de la intervención humana. Por otro lado, el progreso tecnológico, las regulaciones vigentes, la conciencia individual y las preferencias sociales jugarán un papel crucial en la tendencia hacia el control de la información personal.
Serie de amenazas
En otro orden, el estudio de ENISA también ha contado con un apartado sobre las principales amenazas de ciberseguridad de cara a 2030. Entre ellas destacan el compromiso de la cadena de suministro de dependencias de software y las campañas de desinformación, las cuales plantean cada vez más riesgos para la ciberseguridad.
A estas amenazas se unen la escasez de habilidades por falta de profesionales en ciberseguridad, el error humano y los sistemas heredados explotados dentro de los ecosistemas ciberfísicos, el abuso malintencionado de la inteligencia artificial, o el aumento del autoritarismo de vigilancia digital, entre otros.
Además, el informe ha colocado por primera vez en el ‘top 10 de ciberamenazas’ la explotación de sistemas obsoletos y sin parches dentro de la tecnología intersectorial, y el impacto físico de las perturbaciones naturales y ambientales en la infraestructura digital crítica.
Puedes consultar el estudio completo de ENISA aquí.
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