El phishing sigue siendo rentable para los cibercriminales y, consecuentemente, un lastre económico para las empresas que lo sufren. De hecho, en los últimos seis años su coste se ha cuadruplicado. Así lo revela un informe realizado por Proofpoint y el Instituto Ponemon. Según este, grandes empresas norteamericanas pierden de media unos 14,8 millones de dólares al año, o unos 1.500 dólares por empleado, debido a estos ataques. Esto supone un fuerte aumento respecto a los 3,8 millones de dólares registrados en 2015.
Según este estudio, en el que han participado casi 600 profesionales de seguridad y de TI, los ataques Business Email Compromise (BEC) y de ransomware son las amenazas más costosas para las empresas. Eso sí, el impacto en dichas organizaciones va mucho más allá de los fondos transferidos a los atacantes.
“Cuando una organización paga millones para resolver un problema de ransomware, la gente asume que el coste de arreglarlo implica solo el rescate. Pero el rescate en sí mismo representa menos del 20% del coste que supone un ataque de ransomware”, señala Larry Ponemon, presidente del Instituto Ponemon. “Los ataques de phishing aumentan la probabilidad de que se produzca una filtración de datos y se interrumpa el negocio. Por eso, la mayor parte de los costes para las empresas proviene más de la pérdida de productividad y de la reparación del problema que del rescate pagado”.
Otras conclusiones del estudio sobre el phishing
Estas son otras de las conclusiones clave del estudio sobre el coste del phishing en 2021:
- La pérdida de productividad es una de las consecuencias del phishing que implica mayor coste. En una mediana empresa de Estados Unidos con unos 9.567 empleados se perderían cada año unas 63.343 horas de trabajo. Cada trabajador perdería de media unas siete horas anuales debido a estas estafas, lo que supone un aumento frente a las cuatro horas de 2015.
- El ransomware supone a las grandes organizaciones costes por valor de 5,66 millones de dólares al año. Unos 790.000 dólares corresponden únicamente al pago de rescates.
- Los ataques BEC cuestan casi seis millones de dólares anuales a una organización de gran tamaño. De esa cantidad, los pagos ilícitos a los atacantes serían 1,17 millones de dólares.
- El coste de resolver las infecciones por malware se ha duplicado con creces desde 2015. En 2021 solucionar ataques de malware cuesta de media unos 807.506 dólares, frente a los 338.098 dólares que suponía en 2015.
- Los costes por compromiso de credenciales han aumentado drásticamente desde 2015. Como resultado, las organizaciones gastan más dinero a la hora de responder ante estos ataques. El coste medio de contener compromisos de credenciales basados en phishing ha pasado de 381.920 dólares en 2015 a 692.531 dólares en 2021. Las organizaciones han experimentado una media de 5,3 incidentes de este tipo en un periodo de 12 meses.
- Los líderes empresariales deben prestar atención a posibles escenarios de pérdidas máximas. Por ejemplo, los ataques BEC podrían ocasionar pérdidas por interrupción de negocio de hasta 157 millones de dólares si las organizaciones no están preparadas.
- La formación en concienciación sobre seguridad reduce de media los gastos por phishing en más de un 50%.
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