Ayer por la tarde, miles de millones de personas de todo el mundo vieron cómo Facebook, WhatsApp e Instagram sufrieron una caída general de sus servicios. Durante horas, ningún usuario pudo utilizar estas herramientas hasta bien entrada la madrugada. Unos hechos que hicieron saltar las alarmas al sector tecnológico y de la ciberseguridad.
Sin embargo, desde la propia Facebook han dejado claro que este incidente no fue como consecuencia de un ciberataque, aunque realmente no terminan de cerrar las puertas a esta posibilidad. «Queremos dejar claro en este momento que creemos que la causa principal de esta interrupción fue un cambio de configuración defectuoso», asegura la compañía en un comunicado.
Por lo tanto, el epicentro de esta incidencia fue, según Facebook, una configuración mal realizada. «Los cambios de configuración en los enrutadores troncales que coordinan el tráfico de red entre nuestros centros de datos causaron problemas que interrumpieron esta comunicación. La interrupción del tráfico de red tuvo un efecto en cascada en la forma en la que se comunican nuestros centros de datos. Y esto paralizó nuestros servicios», argumentan desde el gigante tecnológico.
Pero eso no fue todo. Esta interrupción también afectó a herramientas y sistemas internos de Facebook. Un hecho que provocó un retraso a la hora de diagnosticar e intentar resolver el problema.
Aunque, a priori, la caída de Facebook a nivel mundial no fue consecuencia de los ciberdelincuentes, el peligro que estos suponen está ahí. De hecho, según varios expertos de ciberseguridad, el resultado de que los ‘malos’ hubieran estado detrás de este incidente habría sido muy similar al de ayer. Y es que los servicios esenciales, entre los que se encuentran las telecomunicaciones, no están libres de los tentáculos de los atacantes.
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