La Estrategia de Seguridad Nacional 2021, aprobada el 28 de diciembre por el Consejo de Ministros, establece como una de las prioridades la puesta en marcha de una plataforma nacional de notificación y seguimiento de ciberincidentes. Este proyecto, tal y como asegura el mencionado documento, permitirá medir el intercambio de información entre organismos públicos y privados en tiempo real.
Además, la flamante Estrategia señala otra iniciativa que categoriza como «prioridad» en materia de seguridad lógica: la creación de un sistema de observación y medición de la situación de la ciberseguridad nacional.
No en vano, el texto argumenta que los ciberataques, unidos a las pandemias, el cambio climático y las crisis financieras, pueden desencadenar una crisis en cascada. Un ejemplo de ello lo ha constituido el COVID-19, que ha afectado a todos los estamentos de la sociedad. De hecho, su llegada e influencia –es «el evento con mayor impacto global desde la Segunda Guerra Mundial», según el propio documento− ha provocado la revisión de los riesgos que afectan a la seguridad nacional, así como de su enfoque para hacerlos frente.
Digitalización y estrategias híbridas
El contexto actual, dominado por la pandemia, ha provocado una aceleración de la digitalización en todos los sentidos. Sin embargo, la transformación digital lleva consigo la ampliación de la superficie de exposición a posibles ciberataques. E incluso ha dificultado la adecuada protección de la información. Así lo menciona el citado documento, descargable a través de la web del Departamento de Seguridad Nacional. Es más, «la magnitud y frecuencia de los ciberincidentes y del uso ilícito del ciberespacio han aumentado en los últimos años y han convertido la ciberseguridad en una prioridad de organizaciones y gobiernos«, afirma la Estrategia de Seguridad Nacional 2021 en este sentido.
Es por ello que este texto incluye entre las principales amenazas a la seguridad nacional una serie de elementos relacionados con el ámbito digital. En concreto, se tratan de las vulnerabilidades del ciberespacio, de las campañas de desinformación, del ciberespionaje y de las amenazas cibernéticas a las infraestructuras críticas.
Un mapa de riesgos que, tal y como advierte el documento, presenta dos características diferenciales respecto a modelos anteriores. La primera de ellas es el «papel primordial» de la tecnología en la mayoría de las amenazas y la prominencia de las estrategias híbridas. De hecho, el término «híbrido» es una de las piedras angulares de esta Estrategia.
La segunda característica es la interconexión entre los riesgos y amenazas. Una interrelación que puede producir, como se ha mencionado con anterioridad, efectos en cascada.
Conoce la estructura y objetivos de la Estrategia de Seguridad Nacional 2021.
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