La ciberseguridad crece a tal velocidad que los expertos la definen como la tercera economía global. El Informe Digital Global Statshot de 2021 revela que 6 de cada 10 personas usan Internet en el planeta Tierra. De una población mundial de 7.900 millones de personas, casi 5.000 millones son cibernautas. En el mundo hay 5.270 millones de personas con un teléfono móvil, es decir, dos tercios de los habitantes del globo. El año pasado 500 millones de personas empezaron a usar redes sociales, elevando la cifra total de usuarios a 4.330 millones de personas
Legado de la pandemia en la digitalización empresarial global
El panorama empresarial post-Covid rebasa el teletrabajo y las reuniones por Zoom. Para que nos hagamos una idea del avance de la digitalización mundial, atención a estas cifras globales:
- 1.790 millones de personas compraron algo online en 2021.
- El 88% de los clientes digitales se documenta en Internet antes de hacer sus compras.
- El 70% de las PYMES del mundo están invirtiendo dinero en su presencia digital.
- Un 70% de la población mundial cree que los sistemas de pago digitales se impondrán en 2030, relegando al olvido las tarjetas y el dinero físico.
- Los consumidores globales saben que invertirán entre un 20% y un 30% más en hacer la compra.
- Un 36% de las empresas pequeñas y de los negocios personales gestiona sus ventas por Internet.
La ciberseguridad como meta administrativa global
En este escenario de veloz avance hacia un ‘cibermundo‘, los líderes nacionales deben afrontar el reto con medidas contundentes. Del mismo modo que las empresas afrontan su digitalización, los gobernantes deben emprender la computerización eficaz de todos sus sectores institucionales y nacionales. Esta actualización conlleva un cambio de mentalidad y no solo afecta a los sectores que puedan parecer más obvios, como Defensa o Hacienda, sino también Educación y Sanidad. Pero tanto en las democracias libres como en los regímenes autoritarios, cuanto mayor es la digitalización de un país, mayor es su exposición al ciberdelito.
¿Cuánto le cuesta la ciberseguridad a la economía global?
Según el Centro Criptológico Nacional (CCN), la economía global dedica al cibercrimen más de 330.000 millones de euros al año. Otras fuentes como el CSIS estimaban ya en 2014 que el cibercrimen le cuesta a la economía mundial 500.000 millones de euros, es decir, en torno al 0,7% de los ingresos de todo el planeta. Esta cifra rebasa el PIB de la mayoría de los países del mundo, salvo los más grandes, lo que demuestra su rentabilidad financiera. En 2018 el CSIS calculaba que la ciberdelincuencia podría salirle al mundo por 600.000 millones de euros, es decir, el 0,8% del PIB mundial. A este ritmo en 2025 estaríamos cerca de alcanzar el millón de millones de euros en ciberdelincuencia global.
Si la ciberdelincuencia fuera un país sería la tercera economía mundial
Como se ha repetido con frecuencia, si la ciberdelincuencia fuera un país, sería la tercera economía más potente del mundo. De hecho, en opinión de expertos financieros como Thomas Friedberger, ya lo es en la actualidad o lo será con toda seguridad en 2025. Por otra parte, el sector de la ciberseguridad mundial emplea a 3,5 millones de personas, aunque podría duplicar su capacidad, dado su crecimiento. La trayectoria que queda por recorrer es larga: el ramo de la ciberseguridad lo componen una cantidad considerable de PYMES y empresas emergentes que no cotizan en Bolsa.
La conquista del ciberespacio
En su paso por Madrid como coanfitrión de la Cumbre de la OTAN, el secretario general Jens Stoltenberg volvió a referirse al tema de la ciberseguridad occidental. Hace un año ya avanzó en la Cumbre G7 en Bruselas que «promover un ciberespacio libre, abierto, pacífico y seguro» es una de las prioridades de la Alianza Atlántica. En España la ciberseguridad es una prioridad, como ha recordado Pedro Sánchez durante la Cumbre de la OTAN en Madrid. Más del 70% de las empresas españolas han sufrido algún tipo de ransomware en 2021. El presidente acudió al parlamento en mayo para abordar el Caso Pegasus: el ciberataque telefónico contra su móvil y el de la ministra de Defensa Margarita Robles. Dos meses después el Congreso de los Diputados encargaba la gestión de su ciberseguridad a la multinacional española Babel por más de un millón de euros.
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