Subcontratar la ciberseguridad no solo constituye una estrategia de seguridad imprescindible para una empresa, sino que sirve para reducir gastos y acceder a talento especializado. Pero esta externalización conlleva una serie de retos y peligros que debes conocer. Para ayudarte a ello analizaremos el concepto de la cultura de la ciberseguridad y las mejores prácticas para elegir tu socio de ciberseguridad más adecuado y llevar esa relación de forma satisfactoria.
1) Comprender el concepto de ciberseguridad para tu empresa
La subcontratación de la ciberseguridad permite a tu empresa afrontar el aumento casi diario de las ciberamenazas cada vez más elaboradas y minuciosas. Los ciberataques son cada vez más frecuentes, diversos y dañinos, amenazando a empresas de todos los tamaños. Externalizar la ciberseguridad te permite reducir gastos operativos y de capital, ya que solo pagas puntualmente por los servicios que necesitas, ahorrando invertir en contratar, capacitar y retener personal de seguridad. La tercerización de la ciberseguridad también facilita optimizar recursos y tiempo humano, permitiendo a la plantilla focalizarse en las tareas y objetivos comerciales esenciales.
2) Evaluar el nivel de seguridad informática y las necesidades concretas de la empresa
La mejor forma de calibrar el estado de seguridad de los sistemas informáticos de una empresa es identificar vulnerabilidades que pudiesen ser explotadas por atacantes externos sin autorización. Para realizar esta labor conviene ponerlo en manos un asesor digital o consultor tecnológico —otro nombre es hacker ético— que se encargue de realizar diagnóstico integral, estudiar el estado de los sistemas y la existencia de posibles atacantes cibernéticos.
3) Formar al personal de la empresa en ciberseguridad
Actualmente, las empresas del mundo atraviesan una etapa de lo que podríamos definir como una toma de conciencia digital. Apenas se ponen a actualizar la ciberseguridad de su empresa, una de las primeras necesidades que detectan los directivos es la urgencia de actualizar la cultura de seguridad informática de todo el equipo. En este sentido, la formación básica en seguridad digital de los empleados no debes considerarla un gasto superfluo, sino una inversión en la empresa a medio y largo plazo.
El personal debe tener claro que en Internet acecha una enorme cantidad de riesgos. Pero también hay que darles la información defensiva necesaria y proporcionarles las herramientas imprescindibles para que exista una verdadera protección de los datos en la red.
4) Elegir el proveedor de ciberseguridad adecuado a la empresa
Elegir el proveedor adecuado de ciberseguridad es un paso crucial para las compañías y pymes que buscan mejorar sus medidas de protección de datos. Con la creciente complejidad y sofisticación de las ciberamenazas, el sector empresarial reconoce la necesidad de externalizar su ciberseguridad a proveedores de servicios especializados que posean experiencia y recursos para salvaguardar eficazmente su información confidencial.
5) Fijar unos objetivos de seguridad
Identificar unas metas de seguridad claras es una dimensión primordial de la subcontratación de la ciberseguridad. Requiere concretar unos propósitos concretos para salvaguardar los datos y minimizar los riesgos.
- Identificar y priorizar los activos a proteger. Es decir: datos, sistemas, redes e infraestructura.
- Evaluar tus riesgos de manera integral. Esto implica detectar posibles amenazas y vulnerabilidades que podrían comprometer la seguridad de los activos.
- Definir los objetivos de seguridad. Tras la evaluación de riesgos, una empresa puede marcarse unas objetivos de seguridad específicos. Estas metas deben ser mensurables, alcanzables y alineadas con los objetivos comerciales generales.
- Establecer controles de seguridad. Las medidas técnicas incluyen cortafuegos, cifrados, controles de acceso, protocolos de autoprotección y formación de los trabajadores.
- Monitorización y diagnóstico regular. Así se puede garantizar que se cumplen los objetivos y que cualquier desviación o brecha se identifica y aborda con prontitud
6) Implementar medidas de seguridad efectivas
Una vez realizada la evaluación de riesgos y establecido el protocolo de ciberseguridad, tu plantilla debe adoptar la autenticación multifactor (MFA), que puede integrar un elemento que conocen (contraseña), uno que poseen (tarjeta inteligente) y uno singular propio (identificación biométrica). Es imprescindible mantener actualizados los sistemas para evitar que los ciberdelincuentes aprovechen las debilidades. Igualmente se deben cifrar los datos corporativos para hacerlos ilegibles a toda persona ajena a la organización. Y es necesario hacer comprobaciones periódicas del nivel de conocimientos de ciberseguridad de toda la plantilla, desde la cúpula directiva hasta el último becario. Tampoco está de más implementar sistemas de prevención y detección de intrusiones (IDPS): para vigilar el tráfico de la red, reconocer los intentos de intrusión y aplicar medidas dinámicas de prevención.
7) Garantizar el cumplimiento de la normativa vigente
Uno de los principales desafíos de subcontratar tu ciberseguridad es garantizar que el proveedor cumpla con la normativa vigente en tu sector y zona. La regulación puede variar dependiendo de la índole y el tamaño de tu empresa, la tipología específica de tus datos, los países o regiones donde operas y las características de tu clientela. El incumplimiento puede acarrear sanciones legales, deterioro de la imagen corporativa y pérdida de confianza del cliente. Por tanto, es fundamental elegir un proveedor de ciberseguridad capaz de igualar o superar tus propios estándares normativos, acreditando su cumplimiento mediante auditorías y revisiones frecuentes.
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