Durante los últimos años, los ciberataques han crecido exponencialmente entre un 50 y un 100 por ciento cada año. Y esta situación se ha agravado con la denominada «ciberguerra». Sin embargo, para este 2023 no se prevén grandes mejoras debido a la situación geopolítica mundial, el conflicto bélico en Ucrania, la polarización en la sociedad, los intereses económicos o los problemas con la energía y con las infraestructuras críticas, entre otras cosas.
Pese a que esta situación es global, desde Secure&IT señalan que la mayoría de ataques tienen su origen principalmente en tres países: Rusia, China y Corea del Norte. Unos países que han aumentado su actividad hacia Estados Unidos y Europa. De hecho, los centros de operaciones de seguridad de estos últimos territorios han llegado a gestionar 500.000 intentos mensuales de ciberataques.
Ciberataques más frecuentes en el contexto de la ciberguerra
En los entornos industriales y de infraestructuras críticas, el ransomware es la principal preocupación debido a su difícil, lenta y costosa recuperación. En cambio, en el mundo de la información, la gran preocupación son las nuevas variantes que no solamente copian y cifran la información, sino que la utilizan para publicarla en la Dark Web y hacer chantajes en torno a la propiedad de esos datos.
Del mismo modo, los ciberdelincuentes combinan distintas técnicas basadas en Inteligencia Artificial e ingeniería social para conseguir que sus ataques sean cada vez más dirigidos, sofisticados y virulentos.
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