Los ataques de ransomware –que secuestran la información de los dispositivos y piden un rescate económico a cambio de su liberación– han disminuido este año, pero ahora son más peligrosos. Según el último informe de Eset, este tipo de ciberataques disminuyó un 27 por ciento en el primer cuatrimestre de este año respecto al mismo periodo de 2020. Sin embargo, la compañía de ciberseguridad ha observado que durante ese tiempo esta clase de malware ha evolucionado haciéndose más efectivo si cabe.
Eset destaca que los ataques de ransomware observados en los cuatro primeros meses de 2021 son cada vez más agresivos. Una de las razones es que los ciberdelincuentes combinan técnicas de secuestro de información con otras que aumentan la presión de las víctimas, como el print bombing, doxing, ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) o llamadas en frío.
- El print bombing consiste en utilizar las impresoras disponibles en la red de la víctima para imprimir mensajes exigiendo un rescate por liberar la información.
- Mediante el doxing, los ciberdelincuentes roban la información confidencial de sus víctimas y las amenazan con hacerla pública si no pagan el rescate.
- Los ataques DDoS están dirigidos a afectar a las páginas web de las víctimas, en caso de que estas se nieguen a pagar.
- Las llamadas en frío son aquellas que realizan los ciberdelincuentes a los clientes y proveedores de sus víctimas indicándoles que han obtenido información personal que les atañe e instan a que presionen a la empresa atacada para que pague el rescate o dicha información se hará pública.
Las consecuencias del ‘ransomware’
Otra de las características señaladas por el informe de Eset es que los ciberdelincuentes piden rescates cada vez más elevados a través de estos ataques. Ejemplo de ello es el reciente ataque a la firma Kaseya, a la que se reclamó 70 millones de dólares para descifrar la información en los sistemas afectados.
«La evolución de los ataques de ransomware y los incidentes sufridos en los últimos meses y años, deben hacernos reflexionar acerca de las medidas de seguridad que tenemos adoptadas actualmente en nuestras organizaciones, analizarlas en profundidad y buscar la manera de mejorarlas, aplicando diferentes tipos de soluciones y modelos de seguridad», señala al respecto Josep Albors, director de investigación y concienciación de Eset España.
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