El spam o correo basura es cualquier tipo de comunicación no deseada cuyos emisores envían de forma masiva. Lo más habitual es recibirla a través de un correo electrónico de publicidad, pero también se da por medio de mensajes de texto (SMS), de voz o redes sociales, entre otros modos.
La publicidad que envuelve a este tipo de comunicaciones suele incluir ofertas de productos que normalmente interesan al usuario. Pero también existen correos que directamente son un fraude como los que solicitan datos bancarios. Este tipo se conoce como scam (estafa). Dentro de estos se encuentran los conocidos como phishing (suplantación de identidad), en los que el remitente se hace pasar por una entidad legítima. Otro tipo de fraude son las cartas nigerianas, en las que el spammer cuenta que ha adquirido millones de dólares y no puede disponer de ellos en su país por la inestabilidad política, por lo que pide la colaboración del destinatario aportando los datos de su cuenta bancaria.
Los usuarios tienen derecho a no recibir spam y a poder darse de baja de cualquier servicio que les notifiquen por las vías mencionadas u otras. Por tanto, si reciben comunicaciones de una empresa a la que no se le ha otorgado el consentimiento para ese fin, pueden interponer una denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos. No en vano, es el organismo encargado de sancionar esta clase de comportamientos.
Tipos de ‘spam’
El mundo del spam es bastante amplio. A continuación se muestra una breve lista de lo que el usuario tiene más probabilidad de encontrarse:
- Spam por correo electrónico: Es el más habitual. En ocasiones inunda la bandeja de entrada y distrae al usuario de los mensajes que realmente le interesan, por lo que para muchos llega a ser bastante molesto.
- Spam SEO: También conocido como spamdexing. Es el abuso de los métodos de optimización de los motores de búsqueda, como Google, para mejorar la valoración de búsqueda del sitio web. Los spammers llenan sus páginas de palabras populares, a menudo no relacionadas con el sitio web, para intentar colocarlo más arriba en las búsquedas de dichas palabras.
- Spam de redes sociales: A medida que Internet se va haciendo más social, los emisores de este tipo de comunicaciones tratan de aprovecharse para propagarlo mediante cuentas falsas en redes sociales populares (Instagram, Facebook, etc.).
- Spam móvil: Es un tipo de spam que se da en formato SMS. Además de mensajes de texto, algunos emisores de spam utilizan también notificaciones push para llamar la atención sobre sus ofertas.
- Spam de mensajería: Es similar al recibido por correo electrónico, pero más rápido. Los spammers lanzan sus mensajes en plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp, Skype o Snapchat.
Cómo evitarlo
A pesar de que no sea posible evitar esta práctica por completo, existen algunas medidas para minimizarlo:
- Revisar siempre el remitente del correo electrónico o mensaje, ya que no suele coincidir con la organización que están suplantando. En muchas ocasiones, el cambio que realizan es mínimo por lo que puede pasar desapercibido.
- Solicitar la supresión de los datos personales de acuerdo con los derechos ARCO, derechos por los que una persona física puede ejercer el control sobre sus datos personales (derechos de Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición), y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
- Realizar una reclamación en la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial.
- No abrir ningún archivo adjunto de un remitente desconocido.
- Mantener actualizados los sistemas operativos y antivirus.
- En el caso de empresas u organizaciones es imprescindible formar a la plantilla en materia de ciberseguridad y contar con personal especializado.
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