Un virus informático es un software malicioso que se instala en cualquier dispositivo sin que el usuario lo sepa. Los virus están diseñados para que, al ejecutarse, se copien a sí mismos y poder contagiar así a otros archivos o dispositivos conectados.
El término fue acuñado por el científico norteamericano Frederick B. Cohen en 1983. Un profesional que, hasta la fecha, ha estado ayudando a diferentes organizaciones en la gestión de riesgos y en la toma de decisiones estratégicas.
Sin embargo, a pesar de que no todos los virus informáticos son destructivos, la mayoría de ellos realizan acciones maliciosas. De hecho, algunos de ellos causan pérdidas tan pronto como se ejecutan. Mientras que otros permanecen inactivos hasta que se inicia un evento en particular previamente programado.
¿Cómo funcionan?
Una vez que el virus está presente en un programa, archivo o documento, permanece latente hasta que se ejecute su código. Esto significa que pueden permanecer ocultos en un dispositivo sin mostrar signos de su presencia. No obstante, una vez ejecutado, puede infectar a otros ordenadores o dispositivos de la misma red, llegando a borrar o robar información, documentos, cuentas y contraseñas, así como a causar cuantiosas pérdidas económicas.
Por lo tanto, todos los dispositivos conectados a Internet son susceptibles de contener un malware, independientemente de que sean iOS, Windows y Android. Incluso objetos cotidianos inteligentes pueden llegar a ser atacados. De ahí la necesidad de tener protegidos nuestros dispositivos IoT.
Casos famosos de virus informático
Los casos de virus más famosos y problemáticos de la historia han sido:
- ILoveYou. Lanzado en el año 2000, causó pérdidas y daños que en la actualidad ascienden a más de 5.500 millones de dólares. Este virus se enviaba a través de correos electrónicos con el asunto «ILOVEYOU».
- Mydoom. Virus informático que afecta a ordenadores con el sistema operativo de Windows. Fue emitido por primera vez en 2004 y se propaga por correo electrónico mediante un archivo adjunto. Según diversas fuentes, todavía está activo, aunque de forma minoritaria.
- Anna Kournikova. Emitido por primera vez en 2001 a través del envío por email de una supuesta imagen de la tenista que le da nombre. Una vez abierto el archivo, el virus se enviaba a todos los contactos que encontraban en la libreta de direcciones de Outlook.
- Zeus. Detectado por primera vez en 2007, iba dirigido a dispositivos con Microsoft Windows. Este virus se hizo famoso por su uso para robar credenciales, contraseñas, datos bancarios e información de carácter sensible.
Medidas de ciberseguridad
Algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo para minimizar el riesgo de verse infectado por algunos de estos virus o de otros son:
- Contar con un antivirus y mantenerlo actualizado. Este el software más eficaz y menos complicado para eliminarlos. Una medida básica de ciberseguridad para cualquier dispositivo.
- Tener cuidado con los archivos adjuntos en los correos electrónicos. La forma más común de propagación de los virus sigue siendo por correo electrónico. No abras ni descargues archivos adjuntos de sitios no confiables o desconocidos.
- Precaución con los enlaces. Al igual que ocurre con los archivos adjuntos, no se deben pinchar en enlaces cuyo destino es desconocido. Además, hay que revisar estos enlaces, puesto que muchos de ellos se asemejan a entidades de renombre, como bancos.
- Evitar clicar en ventanas y anuncios emergentes. Los anuncios emergentes pueden conducirnos a sitios web sospechosos, pudiendo llegar a robar datos e instalar cualquier tipo de malware.
- Tener todos los dispositivos actualizados. Las actualizaciones de las diferentes aplicaciones mejoran sus características operativas, incluida la ciberseguridad.
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