El COVID-19 ha propiciado que las empresas tengan que continuar su actividad mediante el teletrabajo. Un remedio que ha demostrado su eficacia desde el punto de vista productivo, pero que a la vez ha presentado grandes retos de seguridad, como hacer frente a los ciberataques. «Muchos trabajadores han tenido que conectarse con equipos de su propiedad a redes WiFi domésticas que no están supervisadas y a menudo son inseguras. Al estar fuera del alcance de las empresas, ha existido más riesgo de sufrir un incidente», explicó Rosa Díaz, directora general del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), durante el 12º Encuentro de la Seguridad Integral (SEG2)
Esa circunstancia no ha pasado desapercibida para los ciberdelincuentes. A pesar de que en Incibe no detectó campañas de ciberataques específicos basados en COVID-19 durante el estado de alarma, sí que se vieron muchos ataques tradicionales con el coronavirus como gancho. Ejemplos de campañas de este tipo han sido la venta fraudulenta de material sanitario que nunca llega a su destino o phishing que se hace pasar por organizaciones como la Agencia Tributaria para robar credenciales a sus víctimas.
La mejor barreda contra los ciberataques
Por todo ello, la directora general de Incibe recordó que la ciberseguridad “es una gran preocupación de nuestra sociedad” que requiere concienciación y formación. “Debemos entender que los conocimientos que tengamos en ciberseguridad son la mejor barrera contra los ciberataques”, sostuvo.
En esa misma línea, recomendó a las empresas que confíen en la industria de ciberseguridad española para ser seguras frente a los delitos en la Red.
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