La ciberdelincuencia intrusiva es una modalidad de crimen digital tipificada en el Código Penal como una de las tres grandes categorías de delito informático, junto con la ciberdelincuencia económica y la ciberdelincuencia contra intereses colectivos.
Qué es la ciberdelincuencia intrusiva
Este tipo de delito se caracteriza por la violación de la privacidad y la intimidad de las personas mediante el acceso no autorizado a información o dispositivos personales. Entre las prácticas más comunes se encuentran la interceptación de correos electrónicos, la distribución ilícita de fotos o videos privados (conocida como sextorsión) y el acoso cibernético, que puede manifestarse a través de amenazas, insultos o difusión de información personal sin consentimiento.
Este fenómeno ha ido en aumento conforme se extiende el Internet de las Cosas, debido a la proliferación de dispositivos conectados a internet, como teléfonos móviles, ordenadores, cámaras de seguridad y asistentes virtuales. Según diversas fuentes, la ciberdelincuencia intrusiva representa el 25% de las denuncias por delitos informáticos, lo que refleja la magnitud del problema.
Uno de los ejemplos más preocupantes de este tipo de delito es el espionaje digital a través de cámaras y micrófonos incorporados en dispositivos conectados. Los ciberdelincuentes pueden infectar estos dispositivos con malware para tomar el control de ellos sin que la víctima lo perciba, permitiéndoles grabar conversaciones, capturar imágenes y obtener información sensible.
¿Cómo protegerse de esta amenaza cibernética?
Para protegerse de la ciberdelincuencia intrusiva, es fundamental adoptar medidas de seguridad como el uso de contraseñas de calidad, la activación de la autenticación en dos pasos, la instalación de software antivirus actualizado y la configuración de permisos en aplicaciones y dispositivos. Además, se puede reducir el riesgo de ataques cubriendo las cámaras de los dispositivos cuando no se usen y evitando usar redes WiFi públicas sin protección adicional. La concienciación y la cultura digital son clave para prevenir este tipo de delitos y garantizar una mayor seguridad en Internet.
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