La Directiva NIS2 (Directiva de Seguridad de Redes y Sistemas de Información) representa un marco normativo esencial para fortalecer la resiliencia cibernética de las entidades esenciales e importantes en Europa. A medida que las amenazas cibernéticas evolucionan, estas organizaciones, que incluyen sectores críticos como energía, transporte, salud y finanzas, enfrentan desafíos cada vez más complejos.
Este artículo explora las principales ciberamenazas que afectan a estas entidades y subraya la importancia de implantar un plan de concienciación en ciberseguridad como piedra angular para una postura de seguridad sólida y proactiva.
Ciberamenazas
¿Cuáles son las ciberamenazas más importantes?
- Ransomware. El ransomware ha emergido como una de las mayores amenazas globales, especialmente para entidades esenciales cuya continuidad operativa es crítica. Un ataque de ransomware puede paralizar hospitales, redes de transporte o plantas de energía, poniendo vidas humanas en riesgo. La sofisticación de los atacantes, junto con la capacidad de filtrar datos antes de cifrarlos, convierte al ransomware en una amenaza con consecuencias operativas, económicas y legales devastadoras.
- Amenazas a la cadena de suministro. El creciente número de dependencias entre organizaciones ha expuesto la cadena de suministro como un eslabón débil. Los atacantes identifican a proveedores con controles de seguridad menos robustos como punto de entrada para atacar a entidades esenciales. Casos, como el ataque a SolarWinds, han demostrado cómo una brecha en un proveedor puede propagarse exponencialmente y comprometer infraestructuras críticas.
Las tecnologías más avanzadas pueden ser inútiles si el «eslabón humano» sigue siendo el más vulnerable
- Ataques DDoS. Las entidades esenciales suelen ser un blanco para ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) debido a su alta dependencia de servicios online. Estos ataques no solo interrumpen el servicio, sino que también pueden actuar como distracción mientras los atacantes lanzan intrusiones más sofisticadas en los sistemas de la organización.
- Phishing dirigido (spear-phishing). Los atacantes han perfeccionado el spear-phishing personalizando los correos electrónicos fraudulentos para engañar a empleados clave. Este tipo de amenaza sigue siendo altamente efectivo debido al error humano, y puede ser el inicio de un ataque más grande, como el robo de credenciales o el despliegue de malware.
- Explotación de vulnerabilidades conocidas. La falta de actualizaciones y parches en sistemas críticos sigue siendo una debilidad común. Las entidades esenciales, con infraestructuras a menudo complejas, enfrentan dificultades para mantener actualizados todos sus sistemas. Los atacantes explotan estas brechas para infiltrarse y escalar privilegios dentro de las redes.
- Amenazas internas. Los riesgos internos, ya sean intencionales o accidentales, son igualmente preocupantes. Empleados que desconocen las políticas de seguridad o que, por negligencia, descargan malware, pueden causar tanto daño como un atacante externo. Además, el descontento de un empleado puede derivar en sabotaje o en la filtración de datos sensibles.
Adopción de medidas
Para afrontar estas amenazas, las entidades esenciales e importantes deben adoptar una serie de medidas estratégicas:
- Gestión proactiva de vulnerabilidades: implementar procesos rigurosos para identificar, priorizar y mitigar vulnerabilidades en sistemas y software.
- Sistemas de detección y respuesta avanzada (EDR, NDR): utilizar herramientas que permitan identificar actividad sospechosa en tiempo real.
- Políticas de acceso mínimas: adoptar principios de acceso basado en roles y necesidades para reducir la superficie de ataque.
- Seguridad en la cadena de suministro: colaborar estrechamente con proveedores para garantizar altos estándares de ciberseguridad.
- Pruebas de resiliencia: realizar simulaciones periódicas para evaluar la respuesta ante incidentes y ajustar planes de contingencia.
Aunque estas medidas son fundamentales, hay un componente clave que muchas organizaciones subestiman: la formación y concienciación de sus empleados.
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