Ciberestafa de Brad Pitt: 325.000 euros, cinco detenidos y dos españolas timadas

Redacción

La Guardia Civil ha detenido a 5 personas e investiga a otras 10 pertenecientes a una banda criminal que habría robado 325 mil euros a dos españolas mediante la ya conocida como ‘Estafa de Brad Pitt’.

Con el nombre de Operación Bralina, la investigación abarca ocho provincias españolas: Almería, Málaga, Vizcaya, Barcelona, Granada, Madrid, Huelva y Sevilla. Como resultado de esta labor se han podido hallar y recuperar 85.000 euros del dinero estafado a las dos víctimas.

En cinco registros domiciliarios se han incautado decenas de teléfonos móviles, tarjetas bancarias, tarjetas prepago de telefonía. También dos ordenadores personales y material escrito, destacando una agenda con frases que los miembros del grupo usaban para embaucar a las personas elegidas como objetivos.

La Operación Bralina arrancó en agosto de 2023, cuando una mujer andaluza denunció que le habían estafado 175.000 euros por Internet. Al tirar del hilo, los agentes de la Guardia Civil descubrieron una segunda víctima en la provincia de Vizcaya, defraudada con el mismo método.

La estafa del falso Brad Pitt: ingeniería social

Millones de personas recurren a una app de citas o una plataforma de contactos para conocer a gente nueva, con la ilusión de encontrar el amor en Internet. Pero en su lugar, miles de incautos —en su mayoría mujeres— acaban siendo víctimas de una ciberestafa planificada para robarles dinero. Esta modalidad de timo digital recibe el nombre de ciberestafa del amor, que usa técnicas de ingeniería social para atrapar a las víctimas en su trama de manipulación psicológica. La información inicial con frecuencia procede de los datos que dan las propias víctimas en sus redes sociales.

Con frecuencia los ciberestafadores fingen ser un personaje famoso, sosteniendo charlas con los objetivos durante semanas. Cuando llega el momento adecuado, recomiendan meter dinero en un negocio que presentan como una oportunidad excepcional. Este simulacro lo alargan para lograr que las víctimas «inviertan» todo lo posible, incluso mostrando documentación de supuestos beneficios o ganancias. Esta estrategia se va estirando hasta que, llegada la ocasión idónea, cometen el robo propiamente dicho.