En el contexto de las ciberamenazas y las vulneraciones a los sectores clave, estas hacen que los países de todo el mundo necesiten de mayores esfuerzos para lograr una mayor ciberseguridad. Pese a que varios países han mejorado sus esfuerzos, gran parte del mundo se encuentra en fases de desarrollo o en transición, según el Índice de Ciberseguridad Global 2024, publicado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
En promedio, los países han tomado más medidas relacionadas con la ciberseguridad y han mejorado sus compromisos en materia de ciberseguridad desde que se publicó el último índice en 2021. Las amenazas preocupantes destacadas en el informe incluyen ataques de ransomware dirigidos a servicios gubernamentales y otros sectores, violaciones cibernéticas que afectan a industrias clave, costosas interrupciones del sistema y violaciones de la privacidad de personas y organizaciones.
Cinco niveles de ciberseguridad
El índice de la UIT ha colocado a 46 países, entre ellos España, en el nivel 1, el más alto de los cinco niveles. Este nivel 1 está reservado para países “modelo a seguir” que demuestran un fuerte compromiso en los cinco pilares de la ciberseguridad que son: jurídico, técnico, organizativo, desarrollo de capacidades y cooperación. Aún así, la mayoría de los países se encuentran en una etapa de “establecimiento” (nivel 3) o “evolución” (nivel 4) en materia de ciberseguridad.
En conclusión, los países han ampliado en gran medida sus servicios digitales y su conectividad, pero aún necesitan integrar medidas ciberseguras. Por ello, en muchos países y en todos los grupos regionales se ha observado una “brecha de cibercapacidad”, caracterizada por limitaciones en materia de habilidades, personal, equipo y financiación.
La región de África es la que más ha avanzado en materia de ciberseguridad desde 2021.Los países menos adelantados del mundo han comenzado a lograr avances, aunque todavía necesitan apoyo para avanzar a mayor velocidad. Por otro lado, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo siguen enfrentándose a limitaciones de recursos y capacidad en sus iniciativas de ciberseguridad.
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