En estos momentos las cifras exactas son todavía difíciles de confirmar, pero los periódicos israelíes como The Jerusalem Post hablan de casi 3.000 heridos, 200 de ellos graves, y una decena de muertos. El motivo sería la explosión coordinada de unos cuatro mil aparatos portátiles buscapersonas esta tarde en varias zonas del Líbano y Siria. Desde ayer se viene llamando popularmente el «hackeo de los buscas» y se consideró en un primer momento un ciberataque, pero de hecho incluyó también una manipulación física de los dispositivos, como explicamos a continuación. El componente ciber lo daría el software preparado para activar la detonación de modo remoto.
El foco principal habría sido el sur de Beirut, en cuyos suburbios está el cuartel general del movimiento musulmán chiita Hezbolá. La detonación habría sido simultánea en todos los dispositivos, a las 15.30h de la tarde, hora local, según informa Wall Street Journal.
Todo apunta a un ciberataque del servicio de inteligencia de Israel
En las redes sociales hay un goteo constante de posts sobre el asunto, abundando los que aseguran que se trataría de un ciberataque israelí. El ministro de Sanidad libanés, Firas Abiad, confirma que cientos de personas sufrieron abrasiones en la parte del cuerpo más próxima al lugar donde llevaran en ese momento el buscapersonas. Su ministerio ha emitido un comunicado pidiendo a los hospitales del país que atiendan a los heridos y que todas las personas que tengan un busca se deshagan del dispositivo de inmediato. Numerosos videos y fotos en las redes sociales muestran los lugares públicos de Líbano donde los heridos yacen en la calle o las aceras, muchos con lesiones en las piernas, dado que el bolsillo del pantalón es el lugar habitual donde se lleva el busca.
Lo que es indudable: miles de integrantes de la organización terrorista Hezbolá resultaron heridos y una decena murieron en explosiones resultantes de un presunto ciberataque. Pese a que las autoridades de Israel no confirman ni desmienten, todo parece indicar que habría sido una operación de su servicio de inteligencia, el Mossad.
¿Cómo habría logrado Israel llevar a cabo su asombroso ciberataque de los buscas?
Los cabecillas de Hezbolá habían pedido recientemente a los miembros del grupo terrorista que no usaran móviles, para impedir la monitorización. Es decir, para esquivar el espionaje del servicio secreto de Israel. Pero estos mensajes habían sido interceptados por la inteligencia israelí, que infiltró un cargamento de unos 4.000 buscapersonas que los miembros del movimiento chiita proiraní habían encargado para comunicarse.
Israel habría insertado material explosivo dentro de esta partida de buscapersonas, fabricados en Taiwán e importados desde Líbano, según informa The New York Times. Los buscapersonas, que Hezbolá había encargado a la empresa Gold Apollo de Taiwán, entraron en Líbano ya programados para estallar. La mayoría eran del modelo AR924 de la empresa taiwanesa, aunque también se incluyeron en el envío otros tres modelos Gold Apollo. Cada busca llevaba incrustados entre 30 y 60 gramos de material explosivo, pegado a la batería de litio. Además, todos los aparatos llevaban un temporizador que se podía activar en remoto para detonar el explosivo.
Pero horas después de salir el nombre Gold Apollo en los medios occidentales, Hsu Ching-Kuang, dueño y presidente de la empresa taiwanesa, asegura que los buscapersonas los fabricó la empresa BAC Consulting, con sede en Budapest, Hungría. Gold Apollo habría permitido desde hace tres años a la empresa húngara vender sus propios productos usando la marca original de Taiwán, que estaba implantada en el país europeo.
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