El mercado de la ciberseguridad está creciendo de manera exponencial en España. A pesar de que ya se situaba entre los sectores con más probabilidad de crecimiento, la aparición de tecnologías innovadoras como la Inteligencia Artificial o el ChatGPT y el actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania han incrementado la necesidad de contar con una estructura segura dentro de las nuevas redes, de forma que podamos evitar el hackeo de dispositivos y el robo de información.
Según datos de nuestro informe de referencia, el Threat Landscape Report, España es el sexto país con más ciberataques del mundo, al haber sido víctima de hasta un 41 por ciento más en el segundo semestre de 2022 en comparación con los seis meses anteriores.
Dado el incremento del número de amenazas, el valor del mercado español de la ciberseguridad aumentó en un 14,7 por ciento en 2022 respecto al año anterior, y un 30 respecto a solo dos años antes. Esta evolución ha venido acompañada de un significativo incremento de las oportunidades laborales dentro del sector. Por tanto, la necesidad de captar talento se hace cada vez más imperante. La demanda está creciendo mucho más rápido que la oferta, sobre todo si hablamos de mujeres, que, a pesar de haber incrementado la cifra en comparación con años anteriores, tan solo ocupan el 24 por ciento de los puestos de ciberseguridad en el mundo, tal y como asegura el Reporte de Mujeres en Ciberseguridad de ISC2.
Visibilización de las mujeres en la ciberseguridad
Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, me gustaría visibilizar o reflexionar sobre la necesidad de derribar los estereotipos corporativos y visibilizar la presencia de mujeres en nuestro sector, así como en el resto de disciplinas STEM. Para ello existen numerosas iniciativas sociales como el proyecto ‘El CSIC en la escuela’, promovido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas; u organizaciones como la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnológicas, dedicadas a facilitar y potenciar la participación, empleabilidad y emprendimiento de las mujeres en las ciencias y la tecnología.
Este impulso no deja de ser un win-win para la sociedad, dado el positivo impacto que tendría en nuestra economía y el bienestar social, así como para las compañías, ya que hay numerosos estudios que demuestran que las empresas con menor brecha de género en sus equipos directivos generan mejores resultados.
El informe de ClosinGap también indica el coste de oportunidad que supone para la economía esta falta de paridad, que provoca que las mujeres, a pesar de representar el 51,4 por ciento de la población en edad de trabajar, solamente contribuyan a un 41,4 del Producto Interior Bruto.
Responsabilidad
A pesar de que las cifras sigan estando en detrimento con respecto a los hombres, si echamos la vista atrás, vemos cómo las mujeres han ido capitaneando cada vez más puestos de responsabilidad dentro del sector. Y es que algunas de las mayores empresas a nivel global están lideradas por féminas, como Mary Barra, directora ejecutiva de General Motors; o Belén Garijo, directora ejecutiva del grupo alemán Merck y consejera en BBVA.
Así, según el Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje de mujeres en consejos de administración se ha duplicado en los últimos nueve años, pero sigue estando muy por debajo con respecto al de los hombres, por lo que todavía nos queda mucho camino por recorrer.
De la misma forma, en el ámbito de la ciberseguridad, la falta de diversidad de género es definitivamente evidente, y la necesidad de incrementar el número de mujeres especializadas es cada vez mayor. Necesitamos construir un sector más plural e inclusivo con perfiles que proporcionen diferentes perspectivas en la resolución de problemas. Es, sin duda, el momento de dar el impulso para conseguir un ambiente igualitario y romper con la brecha de género dentro de la industria.
