Como en cualquier otro mercado, en España, los clientes demandan a sus proveedores de proyectos y servicios de ciberseguridad y de ciberinteligencia soluciones para los problemas que tienen planteados. Unos problemas que deben resolver y que no son capaces de ello con los medios propios de su organización, dado que el contratiempo y su respuesta son complejos. Por lo tanto, deben externalizar y contratar una serie de tareas especializadas.
En España, el sector de la Ciberseguridad es extenso, está consolidado y goza de un elevado nivel de profesionalidad. Hay firmas españolas sólidas que conviven y compiten con multinacionales presentes en el mercado global. Empresas que incluso están presentes en mercados de fuera y que buscan nuevos clientes en el exterior.
No obstante, podría decirse que el mercado de la ciberinteligencia no está aún tan conformado. Y ello es debido, en buena medida, al hecho de que hasta hace no mucho tiempo los profesionales de la inteligencia en España desarrollaban sus labores prácticamente de forma exclusiva en el ámbito público (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, servicios de inteligencia y organismos con competencias económicas en inteligencia económica y competitiva).
Además, no había −y este es un factor importante a tener en cuenta− posibilidades de formación académica y profesional en estas materias. Algo que ya ha cambiado, porque existe una oferta formativa variada, aunque no siempre de calidad contrastada.
Por último, las propias organizaciones y corporaciones de nuestro país tampoco generaban demanda de productos y servicios de inteligencia. O al menos no en la escala ascendente que se viene produciendo en la actualidad. Ahora, las organizaciones y empresas españolas ya se han concienciado del valor que la inteligencia aporta al negocio. Por lo tanto, el mercado se va consolidando.
Servicios de inteligencia
Pero, en una organización, ¿quiénes son los clientes que demandan servicios especializados de inteligencia? ¿Cuáles vienen a ser las demandas concretas de estos servicios? En principio, cabría pensar que los principales demandantes de servicios y productos de inteligencia en una compañía deberían de ser los departamentos de Seguridad de la misma o, en el caso de disponer de ellas, las unidades que dentro de la organización están constituidas como “unidades de inteligencia”. Y esto es así, pero no siempre.
La inteligencia es una inversión más que un gasto, y así lo entienden en España un número cada día más elevado de organizaciones
Hay veces en las que los departamentos de Seguridad o las “unidades de inteligencia” corporativa tienen sus propias demandas y necesidades. Pero también es verdad que, en muchas ocasiones, son los canalizadores de las demandas y necesidades de inteligencia, que ellas no son capaces de cumplir completamente y que han sido formuladas por otras unidades de la organización.
Finalmente, son cada vez más numerosos los casos en los que diferentes unidades de una organización recurren de forma directa al apoyo externo de servicios especializados de inteligencia para alcanzar soluciones y solventar sus necesidades.
Interlocutores
Por consiguiente, los interlocutores habituales de aquellas empresas del sector de la Ciberinteligencia que prestan sus servicios en España son muy variados. Estos van desde el CSO al CISO, y desde el propio CEO o COO hasta un responsable de Recursos Humanos, Cumplimiento o cualquier directivo que encabece una unidad de negocio determinada. La variedad de interlocutores señalada es evidente, y aquellos que suministramos inteligencia tenemos que adaptar nuestro discurso profesional a la manera adecuada para cada uno de estos interlocutores. Esto es una parte importante de la solución al problema que los mismos nos vienen a plantear. Porque así podemos asegurarnos de que antes de nada va a existir con ellos una comunicación lo más eficaz posible.
Hay que asegurarse también de que se ha entendido perfectamente el problema que se plantea. Y el alcance de la solución que se busca, así como tener todo ello muy presente, tanto durante la gestión de la solución como en las diferentes etapas de relación con el cliente. Incluida aquella en la que se le hace llegar el entregable que da respuesta a lo que nos planteó.
Demanda
Así las cosas, y en un mercado como el español, cada vez más maduro en lo que se refiere a demanda de servicios y proyectos de ciberinteligencia, cabe preguntarse entonces cuáles son estos proyectos y servicios que los clientes españoles están demandando.
En base a nuestra experiencia, estas demandas, a las que se ha adaptado el porfolio de servicios y proyectos de nuestro departamento de Ciberinteligencia y Riesgos Globales, se concentran en defender a las organizaciones de los distintos tipos de fraude digital que pueden padecer (fraude del CEO, entre otros) y de amenazas conscientes e inconscientes del tipo insider. Pero también en dar respuesta a incidentes digitales investigando su trazabilidad y aportando un refuerzo a la seguridad, en ofrecer soluciones que aseguren la continuidad del negocio y mantengan su ventaja competitiva, en desarrollar escenarios críticos con los que entrenar la toma de decisiones a distintos niveles y en aportar formación y concienciación en materia de inteligencia a las plantillas de las organizaciones.
Todas ellas son demandas crecientes para un número cada vez mayor de empresas y sectores de la economía. Estas demandas pueden quedar cubiertas en base a proyectos y servicios de ciberinteligencia bien dimensionados y que aportan mucho valor al negocio. A pesar de su aparente “intangibilidad”, la inteligencia es una inversión más que un gasto, y así lo entienden en España un número cada día más elevado de organizaciones. Así lo está diciendo el mercado.