El Ministerio de Defensa adjudica a Rusia el ataque cibernético que desconectó de la red al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) durante el 16 y 17 de julio.
La ministra de Defensa: «Rusia utiliza armas híbridas»
«Lo único que le puedo decir es que el ciberataque se le comunicó al Centro Criptológico Nacional y se han tomado las medidas oportunas. Lo voy a reiterar muchas veces: estamos en un contexto difícil. Estamos viviendo una guerra convencional, pero sigue habiendo unos ataques que son ataques híbridos.»
Margarita Robles, la ministra de Defensa, no se anduvo con rodeos al abordar el ciberataque contra el CSIC. «Efectivamente, Rusia está atacando a Ucrania. Pero también está utilizando otro tipo de armas híbridas, como en este caso que nos ocupa», explicó la titular del Ministerio de Defensa el miércoles 3 de agosto.
En efecto, en el nuevo siglo asistimos a una modalidad bélica que ha trasladado el campo de batalla al ciberespacio. Cuando Robles habla de ataques híbridos se refiere a lo que se ha dado en llamar ‘ciberguerra‘. Es decir, una agresión digital de un país contra otro, para imponer un objetivo político o, con mayor frecuencia, para desestabilizar. Esto se logra atacando sus sistemas de información o trastocando sus bases de datos.
El ministerio de Ciencia comunicó el ciberataque en su web
El CSIC es un organismo dependiente del ministerio de Ciencia e Innovación (MCI). Pese a ser una agencia estatal autogobernada, con personalidad jurídica propia, con un patrimonio y una tesorería singularizados y con autonomía operativa, la noticia la dio el ministerio. El escueto comunicado aparecía en el sitio web del MCI, el 2 de agosto, más de dos semanas después de detectarse el ciberataque. El ‘virus’ informático empleado es de tipo ransomware, que suelen emplear los ciberdelincuentes con la meta de lograr un rescate o pago económico.
La ciberguerra rusa contra Occidente
Dado que la entidad atacada es un organismo público, puede tratarse de un intento ruso de desestabilización, técnica que el gobierno de Vladimir Putin emplea contra Occidente desde hace décadas. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) lleva más de diez años alertando sobre las tácticas rusas de desinformación en España. Esta ofensiva, iniciada por el Kremlin en 2014, se intensificó durante el procés del independentismo catalán. Hace apenas una semana, el Departamento de Estado de EEUU ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares a quien pueda aportar información sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.
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