La noticia de que un ciberdelincuente había accedido a la base de datos de la Policía de Shanghái se hizo pública el 5 de julio. El ciberataque se definía en la prensa occidental como masivo, pues el autor aseguraba haber sustraído datos personales de 1.000 millones de ciudadanos chinos. El hacker anónimo, que usaba el nombre de ‘ChinaDan’ pedía por la información supuestamente en su poder un precio de 10 bitcoins. Este ‘rescate’ correspondería a algo más de 195.000 euros (200.000 dólares). El delito digital, tal como se describía, afectaría a un 70% de la población china. ¿Estábamos ante el mayor hackeo de la historia?
Intervención del Gobierno chino: Censura de las redes
En las primeras horas tras divulgarse la información, la noticia provocó debates virtuales en las redes chinas como Weibo. Pero el Gobierno chino reaccionó velozmente, bloqueando en las redes sociales principales todas las búsquedas relacionadas con el incidente, tales como ‘robo de datos en Shanghái’ y ‘hackeo en Shanghái’. Es sabido que el sector administrativo chino tiene un gran tamaño y que las autoridades nacionales y locales detentan inmensas bases de datos sobre los 1.400 millones de habitantes que tiene el país. Sin embargo, en las horas posteriores a la noticia, ni los portavoces del Gobierno ni la propia Policía de Shanghái ni la Administración del Ciberespacio de China se pronunciaron oficialmente sobre el asunto. El oscurantismo informativo de las autoridades chinas es bien conocido en Occidente. Basta recordar la escasez de información fiable sobre la pandemia de coronavirus originada en Wuhan.
El presidente Xi Jinping insta al sector gubernamental a reforzar la ciberseguridad
Cinco días después de producirse el incidente, el presidente Xi Jinping ha hecho un llamamiento a los departamentos gubernamentales para que incrementen su protección frente a los ciberataques. La noticia la daba el South China Morning Post, cuya independencia ponen en duda medios occidentales como The New York Times, Der Spiegel y The Atlantic. Según la información que aportaba el SCMP, el presidente no alude directamente a la sustracción de datos de la Policía de Shanghái. Tampoco menciona la posibilidad de que se haya podido vender el lote de información.
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