¿Qué vio usted en la ciberseguridad para dedicarse a esta profesión y qué le aporta más allá de lo puramente profesional?
He desarrollado mi carrera profesional en el mundo de la tecnología desde diferentes ángulos, pero siempre entendiendo la digitalización como un habilitador de negocio. El mundo de la ciberseguridad se encuentra en un momento apasionante desde esta perspectiva, y nos enfrentamos a diferentes retos tanto desde el punto de vista tecnológico como en la construcción de servicios enfocados a la ciberseguridad. Es un sector que está en plena evolución, donde no se para de aprender. Se trata de una de las mejores áreas para mentes inquietas y curiosas.
Además, en casa es mucho más fácil explicarle a mi familia a lo que me dedico, ahora soy parte de los buenos del mundo de Internet.
¿Cómo puede potenciarse la presencia de talento femenino en la ciberseguridad, siendo este además un sector con tanta necesidad de profesionales?
En mi opinión, nuestro sistema educativo debe enfocarse en lo que me gusta llamar «bilingüismo tecnológico», donde cada una de las materias que se imparten en las currículas de las diferentes profesiones deben ser complementadas con el lenguaje de la tecnología.
Por otra parte, las habilidades femeninas son muy valoradas en el mundo de la ciberseguridad por nuestra capacidad de resiliencia, empatía y cuidado. En un entorno donde el número de posiciones demandadas por la industria se duplica anualmente, incorporar el talento de la mujer es uno de los pilares fundamentales para poder acompañar esta necesidad de profesionales.
La diversidad y la igualdad de oportunidades en las empresas permiten desarrollar la creatividad, la innovación y la motivación. Como mujer en el mundo de la tecnología me alegra formar parte de una organización como WatchGuard, en la que esta cultura corporativa está presente y se practica el impulso del talento sin género. En este sector es fundamental practicar el aprendizaje continuo, reforzar nuestras fortalezas y trabajar de forma colaborativa.
Ciberseguridad: Entrevista a Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.
Constantemente escuchamos que existe una falta de mano de obra a escala global especializada en ciberseguridad, y uno de los grandes contribuyentes que está impulsando la brecha de habilidades es la infrarrepresentación de las mujeres en este sector. Tenemos que reconocer que nuestra industria ciber tiene un problema de género y debemos llamar a la acción porque hay que inclinar la balanza. Es importante que animemos a las mujeres a que incorporen el conocimiento STEAM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés] en su formación.
Para combatir esa falta de mano de obra a escala global se necesita evaluar la estrategia de contratación y fomentar una cultura de apertura y diversidad, así como romper con la idea equivocada de que este es un sector que está diseñado para hombres.
¿Cuáles diría que son los grandes retos actuales en relación con la ciberseguridad de las organizaciones?
La ciberseguridad debe ser considerada como inversión, ya que es una fuente de confianza de los ciudadanos, empleados y clientes. Por otra parte, nos encontramos en una sofisticación de las formas de ataque a las diferentes organizaciones, las cuales están inmersas en un proceso de digitalización en su forma de trabajo tanto interna como con sus clientes. En este sentido, creo que la ciberseguidad debe ser considerada como un servicio gestionado que asegure el correcto funcionamiento de las organizaciones y negocios, dotando de unas altas prestaciones de seguridad de forma sencilla y asequible. De esta forma, no solo se podrán dar respuesta a los ataques, sino, lo que es más importante, tomar acciones proactivas de defensa y adelantarnos a las amenazas actuales y de futuro.
