La ciberinteligencia es un campo cada vez más conocido, pero puede que aún no lo suficiente. ¿Cómo definiría usted lo que es ciberinteligencia?
La ciberinteligencia pone a disposición del usuario final los beneficios del análisis de inteligencia en el entorno de la ciberseguridad. Esto es, contribuye a identificar potenciales amenazas, riesgos y oportunidades del ámbito digital, así como a establecer procesos y estrategias que facilitan su detección, prevención o, en su caso, aprovechamiento. Dicho de forma sencilla, se antepone a la ocurrencia de eventos; de ahí que, desde nuestra perspectiva, va más allá de la conocida como inteligencia de amenazas o de la mera vigilancia digital.
Por esta razón, con el objetivo de prestar un servicio de la mayor calidad posible, apostamos firmemente por disponer de un equipo de analistas compuesto por perfiles no solo híbridos, sino también de amplios conocimientos y reconocida experiencia tanto en el entorno más técnico como en el más clásico del análisis de inteligencia. El objetivo es dotar de un elevado expertise ambas disciplinas que dan nombre al departamento, evitando así incurrir en servicios que se alejan del valor añadido que la alianza de ambas áreas puede aportar.
La ciberinteligencia es un mercado donde cada vez más servicios se ofrecen a modo de software, donde muchos informes finales son realizados por programas. Sin embargo, más allá de que existen soluciones ciertamente atractivas en este sentido, nuestra estrategia se focaliza en realizar trajes a medida desarrollados y adaptados al conocimiento del día a día de nuestros clientes.
La capacidad de interrelacionar, de interpretar datos e informaciones conforme a las necesidades y entendimiento del cliente, así como mantener un enfoque y metodologías creativas que permitan realizar hallazgos más allá de lo obvio y exponerlos de manera estratégica, sigue siendo una tarea esencialmente humana.
¿Por qué es importante que las empresas se doten de capacidades de ciberinteligencia?
No cabe duda en que nuestro día a día está, de una u otra forma, conectado. Esto nos define como ciudadanos y como organizaciones. En este contexto, la ciberinteligencia busca dotar de un conocimiento específico una toma de decisiones. Si, además, nos vemos arrollados por la volatilidad del contexto presente, con multitud de variables, entrelazadas, que dan lugar a cambios cada vez más veloces que nos dejan a merced del caos, el conocimiento aplicado que aporta la ciberinteligencia es un baluarte imprescindible para quien busca navegar a contracorriente.
Con la irrupción de la pandemia, la digitalización de las empresas se ha convertido en una obligación y ha evidenciado una nueva necesidad en materia de ciberseguridad: la agilidad. Agilidad en términos de capacidad de afrontar cambios rápidos y de gran alcance en nuestros comportamientos digitales. Cambios que vienen marcados por la inclusión de la cultura digital en los hábitos de consumo, tan caprichosos y volátiles como preceptivos para las empresas que deben adaptarse a ellos.
Disponer de ciberinteligencia es una inversión en nuestra mayor capacidad de ser competitivos; redunda en la protección de nuestra marca e imagen; fortifica nuestra resiliencia ante eventos susceptibles de afectar a la continuidad de negocio. Ya no es una opción.
«El conocimiento aplicado que aporta la ciberinteligencia es un baluarte para quien busca navegar a contracorriente»
¿Qué amenazas pueden prevenirse a través de la ciberinteligencia?
La ciberinteligencia es útil en la detección de variables de muy diverso ámbito. Su uso en la identificación de riesgos relacionados con los diferentes sistemas y redes inherentes a una organización es ya muy conocido y se mantiene en auge en tanto aumentan diariamente los procesos digitales y las soluciones tecnológicas.
También se ha erigido como una gran aliada en la detección y prevención del fraude interno, donde cada vez se nos plantean más desafíos.
El ámbito reputacional es otro gran entorno objeto de análisis, el cual se está viendo modificado a la velocidad que lo hacen las comunicaciones. Si bien hace unos años este enfoque se centraba principalmente en la identificación de informaciones que pudieran resultar negativas por una u otra cuestión, hoy en día la complejidad es amplísima en lo que a fake news, campañas de desprestigio en redes sociales o boicots a través de movilizaciones de reseñas negativas, entre otros, se refiere.
Otra de las problemáticas que abordamos con éxito desde la ciberinteligencia son las cuestiones de fraude y protección de marca, en torno a consumos fraudulentos de servicios o compraventa de falsificaciones. Un ámbito de análisis en el que Tarlogic viene trabajando desde hace varios años con resultados muy positivos.
¿Qué tipo de servicios de ciberinteligencia ofrece Tarlogic al mercado?
Tarlogic trabaja en ofrecer servicios a medida de alto valor añadido y quiere permanecer fiel a esta filosofía. Nuestro portfolio en ciberinteligencia no es extenso, ni es nuestra pretensión. De hecho, cuando nos solicitan un servicio en el que no estamos focalizamos, indicamos con transparencia que nosotros no somos los idóneos para realizarlo. Cuestión que nuestros clientes agradecen.
Bajo esta premisa, trabajamos en la mejora contante de nuestros productos, que están enfocados en el análisis y seguimiento de la exposición digital ya sea corporativa o de un empleado o grupo de empleados; en el ámbito del fraude y la protección de marca, incluido el fraude interno; en la generación de inteligencia enfocada en investigaciones muy concretas; en formación y concienciación y en el apoyo estratégico a nuestros clientes.
¡Sigue leyendo!
Aquí te hemos mostrado tan solo una parte de esta entrevista.
¿Quieres leer el contenido completo?